
Desde pequeña, mi madre me metió en el coco que cuando se te pierde algo, un objeto preciado (esto sobre todo pasaba cuando perdía la aguja cosiendo...) no había nada mejor para recuperarlo que rezar un padrenuestro a San Antonio.
Bueno, pues hoy he podido confirmar de primera mano que ¡¡ES CIERTO!!
Cuando llegué a la estación de Laguna esta mañana temprano, e iba camino de la oficina, descubrí muy contrariada que había extraviado las llaves... no las llaves: LAS LLAVES con mayúsculas... las llaves de mi casa... y las del estudio tambien
¡¡aggg!! casi me da un patatús
He rezado decenas de padresnuestros de camino al estudio, y he estado llamando a Manu (por si se me habían caido en el coche, o en la puerta del cole) y ... nada.
Llamé a Miguel, nuestro conserje (por si estuvieran en el ascensor, en el portal) y...nada
Habló incluso con el otro conserje, el del garaje y ... nada.
Iluminada del todo, decido preguntar en la estación de Laguna, con muy pocas esperanzas, eso si.
Consigo un teléfono de objetos perdidos en Cercanias-Renfe, y dejo un mensajillo esperanzada.
¡¡ALELUYA!! Me llaman en una hora y me dicen que están en Atocha, que esta mañana las ha dejado un empleado de la limpieza, que las encontró en una papelera.
Desde aquí, dos reconocimientos:
Gracias a San Antonio, posible hacedor de que esta casualidad haya terminado con buen pie
Gracias a Cercanías Renfe, que, una vez más, me demuestra que de los transportes públicos que tiene Madrid, es, con diferencia, el que mejor funciona.
Bueno, ahora las tengo de nuevo en mi bolso, y casi no puedo creérmelo...¡¡albricias!!
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