Esta es la última del día, lo prometo...
Es que, me vais a perdonar, pero es que necesito imprimirlas para tenerlas a mano en la cocina este finde y es que lo de Isasaweis son vídeos y yo necesito verlo escrito... que queréis que os diga.
Para hacer este pollo tan internacional, usaremos pechugas de pollo, ciruelas pasas y poco más (bueno, reconozco que el jengibre o la salsa de soja no son ingredientes muy habituales...pero me ha encantado comprarme el jengibre, me apetecía mucho cocinar con el, así que lo he comprado en polvo y así se conserva por los siglos de los siglos (buenoooo, la etiqueta pone octubre del 2014, así que tengo un margen)
Se limpian las pechugas (4-5) con unas tijeras, retirando toda la grasa.
Preparar el adobo con 1 cucharada de aceite, otra de miel y 3 de salsa de soja.
Remover bien y poner las pechugas, haciendo que se impregnen bien con los líquidos. Hay que reservarlo un mínimo de dos horas.
Preparamos la salsa de ciruelas, y para ello, ponemos en un cazo 1 taza de ciruelas pasas sin hueso, 1 taza y media de agua, media taza de vinagre, una cucharadita de jengibre en polvo, otra de canela en polvo y dos cucharaditas de azúcar. Según nos guste más o menos dulce o agrio jugaremos con las cantidades de azúcar y vinagre, pero sin pasarse...
Cuando hierve, se baja a fuego medio y se cuece por espacio de 30 minutos. Se deja reposar otros cinco minutos, ya fuera del fuego.
En una sartén ponemos un chorrito de aceite de oliva y marcamos las pechugas escurridas del adobo a fuego fuerte, para que se sellen bien, un minuto o dos por cada lado, hasta que las veamos bien doradas.
Se pasan a una fuente de horno, no demasiado grande.
En el cazo de las ciruelas, añadimos el adobo que ha sobrado y con la batidora, trituramos hasta obtener una salsa fina.
Cubrir las pechugas con la salsa y meter a horno precalentado a 200 grados durante 30 minutos.
Servir con arroz blanco o patatas fritas.
jo, menuda pinta, a ver si puedo poner comentarios de todo una vez pasado ya el cumple.
mmmuaaaacccc
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