viernes, 20 de marzo de 2020

TALLER CONOCER MADRID 2 - LA QUINTA DE LOS MOLINOS - 26 FEBRERO 2020


26 DE FEBRERO - LA QUINTA DE LOS MOLINOS.

Quedamos en el metro Torre Arias... o lo que es lo mismo, en el metro "a tomar por viento" (distrito de San Blas-Canillejas)
Hoy visitaremos la Quinta Torre Arias y la de los Molinos.
La Quinta torre Arias tiene un horario más limitado, cierra las puertas a las 17:30, y por ello tenemos que apurarnos, para ver lo máximo posible.

Tiene una extensión de  16 hectáreas y la de los Molinos cercana casi el doble...28 Ha.

En el siglo XX quedan separadas, porque los herederos venden una parte para aprovechamiento inmobiliario y aunque parecen dos quintas, en origen eran una sola.

En este espacio se pueden contabilizar más de trescientas especies de plantas herbáceas y hasta cincuenta y una especies diferentes de árboles como una encina con más de 300 años.
Tiene el estatus de jardín histórico singular.

Esta quinta también llamada Quinta de Aguilar, Quinta de Garro, Quinta de Bedmar (1850) y Quinta de Canillejas (¿1870?) hasta 1913, año en que tomó la denominación de Torre Arias.
Su denominación y catálogo como parque nacería como consecuencia del fallecimiento de la última propietaria, Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, Condesa de Torre Arias,
En 1986, siendo alcalde Enrique Tierno Galván, sus propietarios firmaron un convenio de donación de la finca, a cambio de la reclasificación de cientos de hectáreas de terreno rústico de su propiedad que pasaron a ser urbanizables. La finca quedaría así en propiedad del Ayuntamiento de Madrid, pero manteniéndose en usufructo hasta el fallecimiento de la condesa, ocurrido el 19 de junio de 2013. Durante la administración de la alcaldesa Ana Botella se estudió la posibilidad de cederlo a la Universidad de Navarra, elaborando un Plan Especial de Protección, que preveía el derribo de algunas construcciones, y que fue desestimado por la oposición de los vecinos y diversas asociaciones, y finalmente por sentencia judicial del Tribunal Superior de Justicia de Madrid

Lo primero qe vemos nada más entrar es la casa de los Guardeses, que parece un pequeño palacete., o al menos parece inspirado en uno.


La finca está en restauración en estos momentos, recuperándose parte de los antiguos jardines.

Comenzamos con un poco de historia: en 1.580 la corte está ya en Madrid.
Y estaba la llamada Cerca de Felipe II. El centro resultaba insalubre. Y en las afueras de Madrid los señores de Canillejas se trasladaron.
En el XVII se conoce como quinta de Aguilar (condes)
En el XIX el dueño es el Marqués de Bedmar , que le da el aspecto actual y aunque el palacete aunque es del XVI, hace las reformas del lugar más evidentes.

A mediados del  XIX los propietarios son los Condes Torre Arias y al final Tatiana Pérez de bla, bla, bla... como expliqué y copié más arriba.






Actualmente se hacen visitas guiadas de no más de 25 personas, realizadas por educadores ambientales, por caminos habilitados.

Eran fincas rústicas y de recreo. Es decir, también se aprovechaban para el cultivo y la ganadería. Esta quinta en la que estamos está más deteriorada que la de los Molinos.
hay pinos centenarios y un árbol muy especial:
Una encina (quercus ilex) de 300 años:


En el año 1.710 el archiduque Don Carlos marcha sobre Madrid y se alojó aquí. Y ya consta la existencia de este árbol.
Contar que, a él no le apoyan, pero tras la guerra de sucesión y el tratado Utrecht se le dan unas tierras de la corona española, o sea que, como dice ahora la gente joven "ni tan mal".

Los invernaderos del siglo XIX están protegidos pero estaban en muy mal estado y se está intentando poco a poco terminar con su restauración.


Hay algunos elementos de hierro forjado, de estilo modernista incluso...
Por ejemplo, este forjado, que sustentaba una gran lámpara o colgador de farolillos gigante:


Pasamos por encima del arroyo de los Trancos, arroyo que atraviesa ambas quintas.
Este arroyo procede del arroyo del Abroñigal, que termina a su vez en el río Manzanares.

Ya sabemos que en esta época conocían la existencia de los viajes de agua. Y es que la comunidad de  Madrid es una zona llena de arroyos subterráneos.



Llegamos a la parte alta de la quinta, donde está el palacete.
Es de e estilo neo mudéjar hecho con ladrillos y con mezcla de estilo alemán (esto se ve sobre todo en la Torre del reloj)
Es muy grande, además de la vivienda hay dependencias para la cría del ganado, perreras, caballerizas... Todo lo habitual en una finca agropecuaria.



La Universidad de Navarra hubiera querido establecer aquí la sede pero no llegaron a un acuerdo, y finalmente no están aquí.
(esta foto de la fachada principal, la he sacado de internet)



Hay constancia de la celebración de fiestas, por ejemplo las celebradas con Alfonso XII y Mª Cristina.
Y también, como un hijo de uno de los condes que fue propietario, muere en guerra de Marruecos y ese año no celebran el baile, está documentado.
Como curiosidad, voy poner también unas fotografías que he sacado de internet
(todas, incluso la de la fachada)
en este artículo: 



Diana y Endimión", una escultura de terracota del artista barroco Michel-Ange Slodtz (París, 1705-1764).


Ala del salón principal, adornada con chimenea y espejo, e iluminada por grandes ventanales.



Y la cocina, que estuvo en activo hasta los años 80.




Interior de la torre, vista desde la escalera que conduce a la planta de arriba.



Salón principal de la finca de recreo de los condes de Torre Arias. Fotografía de Salazar publicada en "Mundo Gráfico" el 4 de septiembre de 1912.


Imagen actual del salón principal en la segunda planta del palacete de la Quinta de Torre Arias, en el número 551de la calle de Alcalá de Madrid.



Empezamos ya la vuelta hacia la salida, puesto que ... ¡¡nos cierran!!
Y pasamos por la casa de las patatas -se ve desde el camino- dejaban las patatas una vez recogida la cosecha.


La entrada principal está por la calle Alcalá y es en forma de exedra (asiento).
Esto viene por las Villas romanas, dónde se llama exedra a un espacio semicircular, con asientos y columnas.
La puerta es de 1.887 y probablemente viene de otro lugar... (Fines XVIII de otra finca).


Ahora tomamos el metro (yo hubiera ido andando, pero la tarde es breve y el tiempo corre, y claro, es lo más rápido) y nos vamos al otro parque histórico: la Quinta de los Molinos.

Esta finca tiene 28 ha. , casi el doble que la que acabamos de visitar.
Era propiedad del conde Torre Arias, se la regala en 1.920 al arquitecto César Cort Botí.
Este alicantino era profesor de urbanismo en la Escuela de Arquitectura y además concejal en el Ayuntamiento. Y amigo y seguidor de Arturo Soria. Académico de la Real Academia de San Fernando.
Vivió hasta los 93 años y murió sin descendencia, así que cedió la finca al Ayuntamiento de Madrid, en los tiempos de Enrique Tierno Galván.
Durante el verano, el parque acoge actividades culturales, como conciertos ligados a los Veranos de la Villa.
Es un parque mucho más cuidado que el otro que hemos visitado.
Los árboles más famosos son los almendros, pero tiene otras muchas especies más, como plátanos de sombra, higueras, encinas, pinos o eucaliptos.


Nosotros lo hemos pillado en un momento flojo de flores, y eso que habíamos programado la visita para hacerlo coincidir con la máxima floración... pero como el tiempo está muy loco últimamente, no resulta tan espectacular como nos esperábamos... o si?






En la zona llana, estaba el espacio agrícola, y arriba, tras pasar de nuevo el arroyo de los Trancos, tenemos la vivienda, el palacete, diseñado a principios del siglo XX.
Hay dos molinos para subir el agua a la zona alta... y por eso se llama así (no son molinos de moler... como yo, tonta de mi, me creía...jajajaj)

Es un lugar con todas las comodidades y lujos... hay lagos, fuentes, imitando a los espacios de la corte.





La corte, la monarquía y nobles son un motor económico para la zona a donde se movían ... Van con toda la servidumbre y personal necesario... así lugares como  Aranjuez o La Granja en Segovia se ven alterados, para bien, económicamente.

Los molinos están traídos de Míchigan USA. Es verlos y acordarse de las pelis del oeste...jiji.


El jardín está inspirado en el Paisaje mediterráneo (Cort Botí es de Alicante)
Hay dos tipos de jardines: el jardín francés, en el que todo está milimetrado y colocado perfectamente y el inglés, en el que la naturaleza fluye, crece un poco más salvaje y se respeta el terreno...
Aquí se inspiran más bien en este último.





Un poco más arriba todavía, está el Molino y la casa del reloj.
Esta es una segunda vivienda, como una casa de verano. Cort Botí se cayó y quedó mal de la cadera. En esta casa hay muchas menos escaleras y resultaba más fácil para vivir.
Es un concepto de casa-castillo, con poca decoración. (a mi me gusta... no me importaría vivir aquí, la verdad)
Fue durante un tiempo escuela de jardinería municipal, pero en la actualidad está abandonada.



Llegamos a un espacio grande y plano que Marisa nos descubre cómo una antigua pista de tenis, con gradas alrededor formando bancales con ladrillo y hierba y un frontal con forma de circo romano.
Y el otro molino para llevar el agua se ve al fondo.





La última parte de nuestra visita consiste en visitar un edificio de 1.933. Es el Palacete.
De estilo sobrio, en respuesta al modernismo tan en boga en este momento. Es el prerracionslismo, previo al art deco.
Solo se usan juegos de volúmenes en la Torre, que recuerda a los zigurats.
La decoración consiste tan solo en jugar con la alternancia de vanos.


En la torre hay dos frontones y nada más.
Era un edificio singular y muy moderno en su época. Justamente al lado hay unos preciosos jardines y una rosaleda, que según nos cuenta Marisa, se pone preciosa en la época de floración.


Y bajo un enorme almendro, Marisa nos cuenta mil cosas más: nos habla del hanami, la celebración de la floración del cerezo en Japón... Toda la familia se va al campo de picnic, celebrando la llegada de la primavera.

En relación con los almendros, nos habla del mito de Proserpina y de cómo Plutón la rapta, enamorado de su gran belleza. 
Su padre Júpiter, se quedó tan triste que peligra la vida en la tierra.
Por ello, llegan a un acuerdo y Proserpina pasa seis meses en el inframundo y seis con su madre Ceres.
Para darle la bienvenida florecen todas las plantas y el primero de todos es el almendro.
Proserpina también está ligada al mito de la muerte y la vida.


El almendro es propio de la cultura mediterránea. Es fuente de vida.
Nos provee de aceites muy ricos para la alimentación, el cuidado del cuerpo...etcétera .
Es tan antiguas conocidas sus bondades que en la tumba de Tutankamón había almendras, y se cree que para ellos era un símbolo de la vida eterna.
También en el Cristianismo, podemos ver la importancia de los almendros.
A menudo se representa a Cristo Pantocrátor dentro de la mandorla o almendra mística, como símbolo de la vida eterna.
En las culturas judía  o islámica también se hacen referencias constantes al almendo.

Por último otra leyenda más ligada al almendro:
Uno de los cuentos del Conde Lucanor, obra castellana medieval, escrita por Don Juan Manuel hacia el año 1.330... habla de este árbol, de cómo planta almendros en Andalucía para rememorar la nieve (ella era de Navarra)

Y transcribo literal por si alguien siente curiosidad, como yo:

Lo que sucedió al Rey Abenabet de Sevilla con Romaiquía, su mujer (cuento nº XXX)

Un día hablaba el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, de este modo:
-Patronio, mirad lo que me sucede con un hombre: muchas veces me pide que lo ayude y lo socorra con algún dinero; aunque, cada vez que así lo hago, me da muestras de agradecimiento, cuando me vuelve a pedir, si no queda contento con cuanto le doy, se enfada, se muestra descontentadizo y parece haber olvidado cuantos favores le he hecho anteriormente. Como sé de vuestro buen juicio, os ruego que me aconsejéis el modo de portarme con él.
-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, me parece que os ocurre con este hombre lo que le sucedió al rey Abenabet de Sevilla con Romaiquía, su mujer.
El conde le preguntó qué les había pasado.
-Señor conde -dijo Patronio-, el rey Abenabet estaba casado con Romaiquía y la amaba más que a nadie en el mundo. Ella era muy buena y los moros aún la recuerdan por sus dichos y hechos ejemplares; pero tenía un defecto, y es que a veces era antojadiza y caprichosa.
»Sucedió que un día, estando en Córdoba en el mes de febrero, cayó una nevada y, cuando Romaiquía vio la nieve, se puso a llorar. El rey le preguntó por qué lloraba, y ella le contestó que porque nunca la dejaba ir a sitios donde nevara. El rey, para complacerla, pues Córdoba es una tierra cálida y allí no suele nevar, mandó plantar almendros en toda la sierra de Córdoba, para que, al florecer en febrero, pareciesen cubiertos de nieve y la reina viera cumplido su deseo.
»Y otra vez, estando Romaiquía en sus habitaciones, que daban al río, vio a una mujer, que, descalza en la glera, removía el lodo para hacer adobes. Y cuando la reina la vio, comenzó a llorar. El rey le preguntó el motivo de su llanto, y ella le contestó que nunca podía hacer lo que quería, ni siquiera lo que aquella humilde mujer. El rey, para complacerla, mandó llenar de agua de rosas un gran lago que hay en Córdoba; luego ordenó que lo vaciaran de tierra y llenaran de azúcar, canela, espliego, clavo, almizcle, ámbar y algalia, y de cuantas especias desprenden buenos olores. Por último, mandó arrancar la paja, con la que hacen los adobes, y plantar allí caña de azúcar. Cuando el lago estuvo lleno de estas cosas y el lodo era lo que podéis imaginar, dijo el rey a su esposa que se descalzase y que pisara aquel lodo e hiciese con él cuantos adobes gustara.
»Otra vez, porque se le antojó una cosa, comenzó a llorar Romaiquía. El rey le preguntó por qué lloraba y ella le contestó que cómo no iba a llorar si él nunca hacía nada por darle gusto. El buen rey, viendo que ella no apreciaba tantas cosas como había hecho por complacerla y no sabiendo qué más pudiera hacer, le dijo en árabe estas palabras: «Wa la mahar aten?»; que quiere decir: «¿Ni siquiera el día de lodo?»; para darle a entender que, si se había olvidado de tantos caprichos en los que él la había complacido, debía recordar siempre el lodo que él había mandado preparar para contentarla.
»Y así a vos, señor conde, si ese hombre olvida y no agradece cuanto por él habéis hecho, simplemente porque no lo hicisteis como él quisiera, os aconsejo que no hagáis nada por él que os perjudique. Y también os aconsejo que, si alguien hiciese por vos algo que os favorezca, pero después no hace todo lo que vos quisierais, no por eso olvidéis el bien que os ha hecho.
Al conde le pareció este un buen consejo, lo siguió y le fue muy bien.
Y viendo don Juan que esta era una buena historia, la mandó poner en este libro e hizo los versos, que dicen así:
Por quien no agradece tus favores,no abandones nunca tus labores.




miércoles, 4 de marzo de 2020

TALLER CONOCER MADRID 2 - "AVAPIÉS" - 29 ENERO 2020


29 ENERO -  MADRID IV -  "AVAPIÉS"

Esta es otra de las rutas que seguimos con Marisa, avanzando en la historia de Madrid.

Partimos desde la plaza de Lavapiés.
En la visita anterior Marisa nos hablaba de San Martín y San Ginés, que eran arrabales que crecieron en torno a las iglesias del mismo nombre, estaban más al norte...ahora estamos al sur de la capital.

En esta zona había otros arrabales, por ejemplo, el de San Millán (por aquí estaban las eras de San Millán, como en San Martín estaban las eras de San Martín)
Más abajo está la zona de Lavapiés.

En 1561 la corte se establece en Madrid, y luego tiene mucho más desarrollo en los siglos XVII y XVIII. En esta zona se refleja el auge de los nuevos oficios, por ejemplo, entre la calle Toledo y el camino de Atocha se ve claramente en los nombres de las calles.



Además en esta zona también está el matadero, que aprovechando el desnivel natural es utilizado para evacuar en las acequias al Manzanares el rastro de sangre y vísceras de los animales muertos,  y por esta razón a esta zona se la llama... Zona del rastro. (curiosidad al canto)

En el siglo XVIII, Don Ramón de la Cruz escribió bastantes sainetes tomando como inspiración el teatro de Francia de Voltaire por ejemplo, y los ambientó en estos barrios.

Lo llamaba el "avapies" por una errata que salió al imprimir uno de sus escritos... Y el casticismo le gustaba mucho...él sostenía que posiblemente un castizo lo pronunciaría así.
Se dice que esta zona es la cuna del casticismo y la manolería.

Algunos dicen que él barrio era judío pero finalmente se ha demostrado que no.
Si que hubo un barrio judío en la Almudena, ya que realmente allí estaba situada la judería.
De todas maneras, en Lavapiés hubo mucha población judía después de la conversión forzosa. Vivían hebreos y musulmanes que como ostentación a su nueva religión, ponen a sus hijos en muchas ocasiones el nombre de Manuel (nombre de Jesús) por lo tanto en el barrio hay muchos Manolos. Saúl también es un nombre que ponen muy a menudo y supuestamente de este nombre viene la palabra chulapo (saul- shaul-chaul-chulap... lo cierto es que hay que echarle un poquito de  imaginación)
Cómo denominación de madrileños castizos también está otro término: los chisperos, del barrio  de Chamberí. El nombre viene porque allí vivían muchos forjadores...había forjas...se decía que había muchas chispas..., en fin.
Los tres son nombres del Madrid castizo, los más reconocidos (ya que además están las majas y los petimetres)

Parece ser que sobre esto hay muchos textos en internet,  y son muy interesantes aunque bastante difíciles de leer.
Más tarde, en el siglo XX se incorporan nuevos modismos y palabras al madrileño y surge una interesante mezcla o argot "cheli".

En la Plaza de Lavapiés había una fuente, como en la mayoría de las plazas de Madrid, y tenía asignada una cantidad determinada de aguadores. La de aquí era de 35 aguadores, con lo cual era una fuente bastante importante.
La fuente estaba aquí,  luego se trasladó a la antigua puerta de moros.
La fuente que había aquí tenía una temática mitológica. Era sobre un pastor muy guapo llamado Endimion, que era tan guapo que Selene la diosa le venía a ver... qué bonito y romántico, por Dios...

En la visita de hoy iremos a la calle del Tribulete, el Sombrerete, calle Mesón de Paredes... la Tabacalera...

Nos metemos por la calle Tribulete y llegamos a la Corrala del Sombrerete.
El nombre de la calle Tribulete tiene un origen histórico, parece ser que así se llamaba un popular juego de bolos.
La otra calle, la del Sombrerete tiene un origen mucho más escabroso. Hace alusión al sombrerete o gorro del ahorcado:
En tiempos de Felipe II se hizo un Juicio a un suplantador, que acabó en la horca y su sombrero arrastrado por las calles y finalmente arrojado a un montón de estiércol.




La Corrala se organiza en torno a patio central estrecho y mal iluminado, (aquí faltaría la otra mitad, en teoría debía haber otra parte simétrica que ha desaparecido).
Todavía se pueden observar perfectamente las galerías con columnas llamadas de "pie derecho" con una zapata o capitel.

Las corralas tienen su origen en las "domus" romanas, en las que se intenta refrescar las casas con patios interiores. Igualmente, aunque por supuesto, salvando las distancias, es la  misma concepción de los palacios renacentistas.

Este tipo de construcciones se ha llamado "chabolismo vertical" por la precariedad de las mismas.  Y tiene mucho que ver el éxodo de los pueblos hacia las ciudades, en busca de trabajo y oportunidades nuevas.

Cómo estaba la Cerca de Felipe IV, que no se derriba hasta el siglo XIX, Madrid no puede crecer en horizontal, así que en muchas ocasiones lo hace en vertical.

Aquí podían llegar a vivir 1.000 personas, en unas condiciones no demasiado buenas, ya que apenas podía haber uno o dos baños por planta (y por supuesto solo el retrete).

Hoy resultan monísimas y chulísimas, pero claro, si nos trasladamos mentalmente al siglo XIX, no resulta nada romántico.



Llegamos a la Plaza de Mesón de Paredes y las construcciones, los propios edificios, recuerdan a las propias corralas.


En esta plaza se encuentran las llamadas Escuelas Pías de San Fernando.


"El Colegio y la Iglesia de las Escuelas Pías de San Fernando tiene sus inicios en el primitivo Colegio de San Fernando, más conocido en el barrio por Colegio de Lavapiés. Fue fundado en 1729 por el padre Juan García de la Concepción, capellán de la ermita del Pilar, en un solar de la calle Mesón de Paredes, junto a dicha ermita.

Posteriormente, debido al gran número de niños, generalmente sin posibles, que recibían educación en esa humilde instalación y a los éxitos que cosechaba en su labor docente, el párroco de San Justo, a quien pertenecía la ermita, hizo la cesión definitiva de la ermita a la Orden de los Padres Escolapios, en 1735. El colegio pasó a llamarse Colegio de Nuestra Señora de la Portería, debido a una imagen de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, cedida para culto de los alumnos.

En 1737 se compraron tres casitas adyacentes para que, junto al espacio que ya tenían, se levantara un nuevo colegio más amplio. Las obras las inició el padre Tomás Plana de San José, se paralizaron hasta 1740 y, finalmente, se terminaron en 1761 por el padre Tomás Calle.

Con la invasión francesa en 1808 fue suprimida la comunidad religiosa y despojada la biblioteca de libros y colecciones de numismática y paleografía, hasta que en 1814 el padre Losada reconstruye la comunidad. Los años posteriores tampoco fueron mucho mejores debido a la convulsa situación que atravesaba España. En 1838 había unos 1660 alumnos, la mayor parte de ellos de las clases más pobres, a los cuales se les proporcionaba enseñanza de forma gratuita. El reloj de la torre, que aún puede apreciarse, fue instalado por orden del padre Cayetano Bellón. La biblioteca llegó a contar con más de 17.000 volúmenes".

Al hilo de todo esto Marisa nos cuenta que San José Calasanz es de los primeros que reinvidica la educación para los niños.
Con Carlos III y IV se construye la iglesia de estilo barroco majestuoso.
Aunque es bombardeada durante el siglo XIX, realmente la Cúpula desaparece durante la guerra civil.


Benito Pérez Galdós decía que éste es un barrio dejado de la mano de Dios. No en vano esta iglesia no fue reconstruida durante el franquismo . Lo cual resulta ser una paradoja.
La Iglesia es toda de ladrillo y es una pena pero ya no se puede visitar.

En la actualidad se llama Plaza de Arturo Barea y es testigo de conciertos, mercadillos durante el verano sobre todo. (aquí vimos una actuación maravillosa de baile Bollywood, no Isabel?)

Preside la plaza una estatua de Agustín Lara, compositor de boleros, tan famosos como "Solamente una vez " y "Granada" entre otros.

Subimos hacia la Plaza de Nelson Mandela, subiendo otra vez por Mesonero Romanos.
La plaza de Nelson Mandela, antes se llamaba de los Cabestreros.
Este término no viene de la palabra cabestro-animal, sino de los ronzales, qué son las cuerdas de atar a las caballerías. Por cierto, aquí estaba instalado el gremio del cáñamo y las cuerdas.


Que el barrio está dejado de la mano de Dios, se puede ver aquí con otro ejemplo.
Si miramos con atención la fuente qué es moderna, se ve que aún pone "Fuente de la República" sin que se haya cambiado durante el franquismo... Las señoras hacen bromas diciendo que quizá pueda  aprovecharse y que en un futuro valga jijiji.



Muy cerca está la calle del Oso.
No se sabe bien el origen del nombre de la calle.
Si se llama así porque un Hidalgo tenía en la fachada de su casa un blasón con un oso. O porque ese mismo Hidalgo, hizo construir el oratorio de San marcos y Ntra Señora del Favor.
Cuentan que pasó un saltimbanqui con un oso medio amaestrado y unos niños jugaron con él.
Milagrosamente se salvan de ser comidos o atacados, supuestamente gracias a Nuestra Señora del Favor. Y por eso hizo el oratorio... que luego fue sustituido por la Iglesia de San Cayetano.




Esta calle se llena con mantones en verano durante las famosas verbenas de San Cayetano, San Lorenzo y la Paloma, durante los días 7, 10 y 15 de agosto, respectivamente.

Al llegar a Embajadores nos encontramos con la la iglesia San Cayetano.
Es enorme y de estilo barroco.
Se empieza a construir en el 1.669 por arquitecto Marcos López y continuaron José de Churriguera y  Pedro de Rivera. (Vivió en la calle del oso y también justo enfrente de la entrada de la iglesia... -En la calle Embajadores- Se dice que la construyó así de grande porque vivía aquí).


La Portada es lo único que queda en pie tras guerra civil.
De lo demás, Chueca Goitia hizo la reconstrucción, como muchas otras de las que se hicieron tras la guerra.

En la fachada, levantada por Moradillo, fue construida en granito, además de la Virgen de Nuestra Señora del Favor, están San Andrés Avelino y San Cayetano, realizadas por Pedro Alonso de los Ríos.


La Restauración en el siglo XX, la llevó a cabo la Duquesa Alba (Cayetana).

Está iglesia se encuentra en la Calle de Embajadores (la calle se llama así porque en el año 1.438 hubo una epidemia de peste, cerca del arrabal y se llevó fuera a los embajadores, los evacuan por el Portillo)
La iglesia la acaba Francisco de Moradillo, aunque Pedro de Rivera era ya famoso. (Era el alarife que revisaba todas las obras y aprobaba los planos).
La iglesia es tremendamente grande.


Primero fue un Oratorio, que luego paso a los padres teatinos, que se ocupaban principalmente de pobres y parturientas. (Dos hijos de Pedro Rivera están curiosamente dentro de esta orden).

Desaparecerá durante la desamortización, la cercana iglesia de San Millán y cómo se une a ésta, acaba por tener las dos advocaciones. (San Millán y San Cayetano)
San Millán parece ser que es junto con Santiago, patrón de España, y que en las batallas se les invocaba a uno y a otro por igual.



San Cayetano tiene origen francés, y parece ser que es el patrón de los desempleados.
Ahora ya no están los padres teatinos. Y además, hubo un tiempo en el que estaban los franciscanos.

En la guerra civil ardió la iglesia y se queda destrozada por dentro.
Aunque hay que puntualizar que no todas las iglesias fueron pasto de los incendios de la guerra y realmente no se sabe porque unas sí y otras no.

Quedan muy pocos restos de pintura en el techo, aunque se cree que estaba pintada en su totalidad.
La planta de la iglesia es de cruz griega y tiene tres naves y cuatro capillas cerradas con sus cúpulas y en el crucero hay una cúpula de piedra, sustentada por pechinas que se apoyan en unos pilares enormes (a fin de poder sujetar todo el peso)


La cornisa es del barroco final. Es de un discípulo de Churriguera, así que resulta muy ornamentada.
El retablo es neobarroco de los años 60.
En el centro hay una imagen de la Virgen Inmaculada Concepción.
Y los cuadros del retablo son copias de obras famosas del museo del Prado.



En cada esquina hay un cupulin, que resulta un alarde arquitectónico, y que permite que entre mucha luz natural.
Hay esculturas de Vicente González Gil, qué es un escultor que tiene múltiples de obras repartidas por toda España, puesto que se le encargaban reposiciones tras la guerra, de imágenes desaparecidas, durante los años 50 sobre todo.



Hay una capilla dedicada a San Millán:


Y también encontramos otra capilla donde están enterrados Pedro Rivera y su mujer, una capilla dónde ahora se celebran misas rocieras.


En el lado opuesto, encontramos la capilla de San Cayetano, al que se puede acceder y subir un poco más con unas escaleras:


Y la capilla del Niño del Favor. Parece ser que hay mucha devoción.


En el presbiterio, a ambos lados del retablo principal, se pueden observar unos balcones que alojaban a los miembros del Consejo de Hacienda cuando venían a la iglesia.

Nos vamos ya de la maravillosa iglesia, hacia el final de este precioso paseo.
Vemos fachadas restauradas tan bonitas como esta:



Y continuando por calle Embajadores, pasamos por delante del Mercado de San Fernando.
Mercado inaugurado en el año 1.944, que abastecía a los barrios de Lavapiés y parte de Arganzuela.
Se construyó sobre parte del solar abandonado por el Colegio de las Escuelas Pías de San Fernando, que hemos visto en esta misma salida.
Es muy del estilo de la post-guerra de estilo nacionalista. De trazado muy simple, salvo la entrada principal, que es así de bonita:



Llegamos a la Calle del Casino.
Aquí está el llamado Casino de la Reina, que es un Sitio real.
Fernando VII tuvo cuatro esposas. Las tres primeras murieron sin descendencia aunque, tuvieron embarazos que acaban en abortos.
Cuando se casa con María Cristina de Borbón es cuando por fin tiene a sus dos hijas, Isabel y Luisa Fernanda.



foto de esmadrid

El Ayuntamiento de Madrid, le regala esta casa de recreo o de campo a la segunda esposa, Isabel se Braganza.
En su primer embarazo Madrid le dona estos terrenos, emocionados ante la idea de tener al fin sucesor real. Pero la pobre lo disfruta muy poco, ya que falleció dos años después... (y sin descendencia) Aunque que le dio tiempo a decorarlo a su gusto.

Los terrenos son de la llamada Huerta de Romero, 13 fanegas en total. (Y es que estos terrenos pertenecieron en su origen a los clérigos de la cercana iglesia de San Cayetano. Y durante la ocupación francesa este solar les fue arrebatado a los religiosos y terminó en manos de Manuel Romero, ministro de Justicia de José Bonaparte)


Ahora se la conoce como el Casino de la reina.
La palabra casino es de origen italiano, pero en esta ocasión, hace referencia a las casas agrícolas y de descanso, no a las de juego.

Durante el reinado de Isabel II se donó de nuevo al Estado y por él fueron desfilando instituciones de todo ámbito. Por ejemplo, albergó el Museo Arqueológico Nacional hasta 1895, hasta que se trasladó a su sede actual (se les quedó pequeño en seguida)
También pasó por aquí el Instituto Cervantes, la Escuela de Veterinaria o el Asilo de las Cigarreras.
El palacete, ahora reconstruido, es obra de Antonio López Aguado. Y si no lo conocéis, recomiendo visita, porque es muy chulo.
Interviene también Francisco Jareño (autor también del conocido hospital del Niño Jesús o la Biblioteca nacional)



El Casino en su inauguración y en la actualidad

En el palacete faltan unas esculturas de mármol que flanqueaban las escaleras. Están reubicadas por Madrid, claro.
La verja se acabó llevando al parque del Retiro y una de las portadas también.
Resulta sumamente curioso ver como todos estos elementos del mobiliario urbano se van moviendo por la ciudad a voluntad.


La puerta cuando estaba en el Casino y luego en el Retiro.

Finalmente fue totalmente desmantelado, y por ejemplo la decoración de los frescos se llevó al Museo del Prado y los tapices y los muebles al Palacio Real.
Los Jardines eran de inspiración francesa, al gusto de la reina.

Había cantidad de construcciones en esta zona, (incluso había un invernadero) pero ahora solo queda el llamado Quiosco de la Reina y el palacete.
En estos momentos son dependencias del ayuntamiento y muy cerca han construido un centro de mayores.


Seguimos caminando hacia la Tabacalera.
Es un lugar del Madrid cool y alternativo, en este edificio tienen lugar exposiciones curiosas y todo tipo de manifestaciones artísticas.
Todos los espacios son utilizados incluso hay veces que se han hecho exposiciones en los cuartos de baño.
Es la Antigua Fábrica de Tabacos de Madrid.


Lo diseñó Manuel de la Ballina, discípulo de Juan de Villanueva, en el siglo XVIII, y fue construido alrededor de unos patios centrales que proporcionaban luz natural.

Estaban aquí almacenados los llamados productos estancos, del monopolio español: tabaco, licores naipes... Manufacturas con precios fijados por el estado.
En un principio se llamaba Fábrica Nacional de Aguardiente, Resoli y naipes.

Cómo curiosidad la Condesa de Chinchón tiene el monopolio del aguardiente...
Y cómo se llama también el aguardiente?... Ahí lo dejo.


Proporciona una gran manufactura de empleo, sobre todo para mujeres (llegó a haber trabajando unas 6.500 mujeres contratadas) así, existía incluso una sala de lactancia y camas por si algún niño o madre se ponían enfermos, una guardería...
En este colectivo y gracias a la gran reivindicación sindical salieron bastantes líderes mujeres. Son las famosas cigarreras.

Al lado está el afamado instituto Cervantes.

La Tabacalera ahora es un espacio cultural y de exposiciones. Un centro alternativo y urbano.
En los muros de Tabacalera de la calle Miguel Servet, hay expuestos unos grafitis temáticos que cambian anualmente.
Este año el tema es "el azar".







A pesar de no entender mucho el arte actual, lo cierto es que mola.

Al terminar el muro de la Calle Miguel Servet también se pueden observar una especie de corralas.


La luz empieza a escasear y no se ve nada bien, por eso busco más fotos de Internet:


Las corralas se inspiran en estas casas y en los Corrales de comedia.
Concretamente, éstas, de la calle Miguel Servet estaban ocupadas casi en su totalidad por las cigarreras de la Tabacalera, que trabajaban bastante cerca.
Decir que como en los tiempos actuales cuanto más arriba peor, puesto que costaba más trabajo subir las estrechas escaleras .

Éstas son  también un claro ejemplo de las llamadas "Casas a la Malicia", en las que se ponían las ventanas de una manera muy curiosa para evitar impuestos de aposento. Se supone que el último piso de las casas tenían que reservarse para alojar a miembros de la corte itinerante cuando venían a Madrid.
Y con estas disposiciones, no se ve cuántas plantas reales tiene la casa. 

Como el tema me ha parecido de lo más interesante, he buscado otras que andan repartidas por todo el centro de Madrid (en el centro claro)

¿no es lo más de lo más?