La tarde de hoy está de lo más desapacible. Llueve flojito en Madrid.
Sin embargo, cuando comenzamos, el tiempo nos da una tregua y la primera mitad de la clase transcurre bajo los amenazantes nublados, pero sin agua. (la segunda mitad se fastidiará la cosa y vuelta a la lluvia...)
Este prefacio meteorológico es para justificar la escasez de fotos de esta entrada. ¡hice poquísimas!
Así que tiraré de internet y de fotografías de otras visitas con conocer Madrid. Como es el centro, seguro que tengo fotos de casi cada rincón visitado...
Y aclarado esto... cooomenzamos.
Hoy vamos a hablar sobre todo de un personaje castizo, bandolero, dandy... un ladrón simpático que es toda una leyenda en nuestra ciudad: Luis Candelas.
Estamos en la plaza del Ángel, Hotel reina victoria, el de los toreros, era antes el Palacio de Teba, cuyos ocupantes eran los padres de Eugenia de Montijo (los condes de Montijo y Teba)
Enfrente tenemos otro Palacio, el de Tepa, que es del siglo XVIII y es muy similar al del Thyssen (ya que es del mismo arquitecto) En este lugar estaba la llamada fonda de los cómicos en el siglo XIX.
Durante unas obras de restauración en el año 2007 se descubrieron restos de uno de los viajes del agua que van por debajo de nuestra ciudad.
En 1858 Isabel II trae las aguas del Lozoya a Madrid, antes se abastecían con los viajes del agua, que eran de época árabe.
El río Manzanares de Madrid, no era una fuente de agua demasiado especial, de hecho, no eran aguas demasiado buenas. Se traían desde acuíferos de lugares más elevados de la capital, con pasadizos similares a tuberías grandes.
Este en concreto venía del arroyo de la Castellana.
Dentro del hotel Tepa podemos ver este fantástico espacio, que han preservado y que muestran a través de un espacio sustentado por vigas y cristales especiales.
es muy muy curioso e interesante
para mostrar a gente que venga a visitar Madrid, como curiosidad, no está nada mal
Muy cerca, tenemos la iglesia San Sebastián, que data de 1560 y es conocida en el XVII como la parroquia de los artistas, cómicos y escritores.
Aquí se bautizaban, casaban y celebraban sus exequias.
Por ejemplo,
Bautizados: Moratín, Echegaray, Jacinto Benavente, Tirso de Molina...
Matrimonios: Bécquer, Sagasta, Larra...
Defunciones: Cervantes, Lope de Vega, Ruiz de Alarcón, Espronceda...
Donde está actualmente la floristería había un cementerio, perteneciente a la iglesia.
Éste desaparece cuando Carlos III decide reubicar y unir por salubridad a todos los cementerios de la ciudad en el actual camposanto de la Almudena.
Estaba enterrado Lope de Vega, por ejemplo, cuya sepultura mantenía el Duque de Sessa, que era un familiar, pero que de un día para otro dejó de pagar y el cuerpo del pobre Lope terminó en una fosa común.
la iglesia de San Sebastián, vista desde la calle con su mismo nombre
Pero si quedan los sepulcros de Juan de Villanueva y Ventura Rodríguez en la llamada capilla de los arquitectos, en el interior del templo. (nunca lo he podido visitar y reconozco que le tengo ganas...)
En torno a este cementerio de San Sebastián, hay otra historia romántica y truculenta a la par.
El escritor y militar José de Cadalso intenta recuperar a su amada, la actriz María Ignacia Ibañez que había muerto.
Dicen que vino a desenterrarla varias veces y se convirtió en toda una leyenda negra de Madrid.
La iglesia fue gravemente dañada durante la guerra civil y después se restauró.
La entrada en origen era por calle San Sebastián y no por la de Atocha, como está en la actualidad.
En esta iglesia hacemos nuestra primera parada para hablar del protagonista de la tarde.
Luis Candelas nace en 1804 en la cercana calle del Calvario.
Así que el pequeño Luis fue bautizado en esta iglesia.
Era hijo de un ebanista, llamado Esteban Candelas y de María Rigada, que provenía de Elche. Vivían sin demasiadas estrecheces económicas, gracias al oficio del padre.
Ya en torno a su nacimiento hay varias leyendas. De cómo las comadronas vieron ciertas marcas en su paladar, y que por ellas pudieron predecir que el niño se convertiría en todo un santo … o en un delincuente.
Sea pura creencia popular o no, lo cierto es que Luis Candelas se convirtió en todo un personaje.
Claro que gran parte de las leyendas eran propiciadas por el mismo, le encantaba que se hablase de él.
Volviendo a la iglesia, sabemos que una de las imágenes más veneradas, la Virgen de la Novena o el Silencio estaba en origen en la cercana calle de las Huertas, en la esquina con la calle León. Se hallaba aquí uno de los mentideros más conocidos de la ciudad, el de los cómicos.
La veneración y leyenda comienza cuando una mujer, que había sufrido un accidente y que no podía andar, se encomienda a la virgen rezando durante nueve días... ¡y el noveno comienza a caminar!
Desde entonces, la virgen pasa a ser la patrona de los cómicos y escritores.
En esta iglesia de San Sebastián, se encuentra un lienzo de esta imagen. Al lado de la Virgen, un pequeño San Juan Bautista, está representado pidiendo silencio, con un dedo sobre los labios.
imagen de Alfa y Omega
Nos encaminamos ahora a la plaza de la Provincia, donde tenemos el Palacio Santa Cruz, antigua Cárcel de Corte, actual ministerio de Asuntos Exteriores.
imagen propia
Tenemos encima de la portada principal al arcángel San Miguel, y los madrileños, tan graciosos ellos, solían decir como eufemismo "dormir bajo el ángel" que significaba dormir en el calabozo.
imagen propia
En otro tiempo pues, era una cárcel, y en ella estuvo Luis Candelas, entre otros presos ilustres o conocidos.
Luis empezó como un ladronzuelo de poca monta, que se dedicaba a robar carteras al descuido y poco más.
Pero termina formando una banda que se termina dedicando a robos más sustanciosos. Es por ello, que estaba continuamente preso y escapándose de las prisiones.
Luis estuvo también en la cárcel del Saladero, en la plaza de Alonso Martínez. Se fugaba de unas y de otras, pero su estancia en prisión siempre le servía para sus fines, ya que él nunca daba "puntadas sin hilo".
Allí tramaba cosas y hacía amistades que luego le devolvían el favor.
Por ejemplo, cuando conoció al político Salustiano de Olózaga, al cual ayudó a escapar, quedando muy agradecido a Luis Candelas. Se dice que luego se reencontraron y Salustiano fue el que inició en la masonería al bandolero, ingresándolo en la "Logia Libertad".
A partir de este hecho, muchas noches Luis Candelas lucía una capa negra con símbolos masones. Lo que no se sabe es si realmente era masón o sólo fingía serlo.
Ahora nos vamos hacia la Colegiata de San Isidro, en la cercana calle de Toledo.
Como la familia no tenía problemas económicos, el chico pudo estudiar en las Reales Escuelas de San Isidro, el colegio de los jesuitas que estaba en la colegiata.
Y tenemos en este escenario otra anécdota relacionada con el carácter del bandolero.
Un buen día, al preguntarle la lección, no había estudiado y el jesuita-profesor le da un tortazo. Parece ser que Luisito le devolvió dos... y le acaban expulsando del colegio.
En la actualidad, se cree que estos comportamientos podrían deberse a que el joven Luis era un niño superdotado, que se aburría en las clases y que por ello era tan molesto.
Se sabe que le gustaba muchísimo leer y que fue autodidacta en muchos temas, ya que leía todos los libros que podía. Era un auténtico amante de la literatura.
Así las cosas se encuentra sin poder seguir con sus estudios. Durante un tiempo, al morir su padre, intenta el oficio de librero, pero no le sale bien. En la librería aprende todo tipo de cosas (algunas nada buenas) y comienza así su carrera de robos y delitos menores. Le condenan a seis años por el robo de unos caballos.
Hablemos un poco de la Colegiata. Data de 1608, cuando muere Mariana de Austria, que había legado su fortuna a la Compañía de Jesús, y amplían la Iglesia y colegio, demoliendo lo anterior.
La colegiata fue la catedral de Madrid desde el siglo XVIII... hasta hace 25 años, cuando se acabó de construir la Almudena.
Ventura Rodríguez es el encargado de decorar el templo por dentro.
Había muchas obras de Francisco de Ricci, de Coello...Pero todo quedó destruido durante la guerra.
Carlos III expulsa a los jesuitas y trae el cuerpo de San Isidro a la Colegiata, donde permanece a día de hoy, en el altar mayor, dentro de un pequeño sarcófago.
Se puede subir en determinados momentos del año, y ver más cerca su cuerpo incorrupto (agg) y la urna que guarda los restos de su esposa, Santa María de la Cabeza.
En el arca blanca descansa el cuerpo de San Isidro, y un poco más abajo los restos de Santa María de la Cabeza (Curiosidad, se llamaba en realidad Toribia)
Subimos a verlo, yo, por primera vez en mi vida:
sepulcros de San Isidro (arriba) y Santa María de la Cabeza (abajo)
el cuerpo incorrupto del santo en un panel explicativo (uf)
Nos vamos a nuestra siguiente parada: el Arco de Cuchilleros y las Cuevas Luis Candelas.
Cuando en 1818 sale del colegio crea una banda y entre otros están "el sastre", Pablo Luengo, "el mañas"... tipos tremendos.
Se reunían en taberna del Traganiños (que ya solo con el nombre, nos da idea del tipo de gente que la frecuentaba...) ahora es la taberna del Mollete en la calle de la Bola nº 4, por si alguien sufre de tanta curiosidad como yo.
Eran al principio ladrones de poca monta, pero luego dan un salto cualitativo y empiezan a dar grandes atracos. Se especializan en abrir puertas con ganzúa. Son los llamados espadistas.
En la taberna que está bajo el arco de cuchilleros es donde se reunían para repartirse el botín.
Había entonces una tienda de telas y la trastienda contaba con unas rejillas que les permitían vigilar lo que pasaba en la calle.
Otra forma de atracar y robar era a través de las mujeres.
Con la herencia de su madre, se compra un piso en la calle Tudescos y se crea una personalidad nueva: Juan Álvarez de Castro, un rico heredero venido de Perú.
Se inventa historias y hace correr el rumor de que un joven rico anda buscando esposa. Muchas de las familias de dinero se interesan y quieren casar a sus hijas con él.
Con todo este rollo hace relaciones interesantes y puede vigilar y estudiar las casas y palacios, para luego atracarlos.
Se le ha llamado (en nuestros días) el Mortadelo del siglo XIX, ya que se dice que tenía unos 200 disfraces...
Las coplas, películas y series que se han hecho sobre bandoleros hacen mucho daño a su verdadera esencia, ya que nos imaginamos a un personaje arriesgado, guapo, chulo... pero Luis Candelas es más un dandy del XIX que un bandolero a lo "Curro Jiménez.
Era un hombre muy normalito, no muy alto y regordete. Eso si, con una labia para engatusar que para qué. Era un don, que supo aprovechar.
Tenemos este ejemplo, en forma de copla, que popularizó la famosa Concha Piquer, ojito a la letra:
Decidle al señor alcalde,
decidle al corregidor
que yo por Luis Candelas
me estoy muriendo de amor.
Decidle que es un canalla,
decidle que es un ladrón
y que he dejado que robe
con gusto mi corazón.
Que ruede de boca en boca
esta copla que yo canto
como si estuviera loca.
Debajo de la capa de Luis Candelas,
mi corazón amante vuela que vuela.
Madrid te está buscando para prenderte
y yo te busco sólo para quererte,
que la calle en que vivo está desierta
y de noche y de día mi puerta abierta.
Que estoy en vela, que estoy en vela
para ver si me roba, ¡ay!, mi Luis Candelas.
Anoche una diligencia,
ayer el palacio real,
mañana quizá las joyas
de alguna casa ducal.
Y siempre roba que roba
y yo por él siempre igual,
queriéndole un día mucho
y al día siguiente más.
Y no importa que la gente
mi canción, que va en el viento,
traiga y lleve maldiciente.
Debajo de la capa de Luis Candelas,
mi corazón amante vuela que vuela.
Madrid te está buscando para prenderte
y yo te busco sólo para quererte,
que la calle en que vivo está desierta
y de noche y de día mi puerta abierta.
Que estoy en vela, que estoy en vela
para ver si me roba, ¡ay!, mi Luis Candelas.
Era todo un galán que engatusaba a todas las mujeres a las que veía con posibilidades económicas, entraba en sus casas y robarles todo lo que podía.
Parece ser que robó a la mismísima joyera y peinadora de la reina María Cristina (y esto le va a traer consecuencias graves, luego lo cuento)
Desde Puerta Cerrada, yendo por la calle de San Justo y pasando por la Plaza y calle del Cordón, llegamos a otro de los lugares asociados con este bandido: la Plazuela de San Javier.
Parece ser que en el número 3 de la plaza vivía una bella muchacha a la que él rondaba. Apostaba a sus hombres en las entradas de la plazuela, para no ser molestado en sus quehaceres amorosos. (estando aquí no cuesta nada imaginárselo, la verdad)
A pesar de ser tan pequeña y poco conocida bien merece una visita para ambientarse y viajar a tiempos pasados.
Luis Candelas tiene un largo historial amoroso, teniendo muchísimas amantes. Nombres como Lola la Naranjera (que tenía una gran amistad con Fernando VII), Paca la Maja (amante a la vez del Marqués de Alcañices) o la cantante Fanny Salvini, prima donna del Teatro Príncipe.
Con esta última tenía además una relación intelectual, ya que a Luis le gustaba muchísimo leer, el teatro, las artes.
Gracias a su amistad con políticos liberales, se acerca a la masonería y se hace pasar por uno de ellos. Lo increíble es que fuera capaz de llevar todas las tramas y engaños a la vez... ¡y no liarse!
Incluso se casa con una mujer, llamada Manuela Sánchez, en la iglesia de San Cayetano... a la que, tras pasar con ella seis meses en Zaragoza... acaba robando todo y abandonando.
La banda y Luis se infiltraban en las casas enredando a las mujeres pero se jactan de que nunca jamás derraman sangre, son delitos de liar a la gente, pero siempre limpios, sin matar o herir a nadie.
Y es precisamente el tema de los amoríos, el que termina llevando a Luis Candelas a la ruina.
Resulta que se enamora (esta vez de verdad), de una muchacha de clase humilde, una chica llamada Clara María. Decide que va a dejar esta vida de robo y latrocinio y que va a realizar con su banda tan solo tres robos más y luego quiere irse a América con su amada, para cambiar definitivamente de vida. Corría el año 1837.
El caso es que terminan con unos robos y supuestamente con su carrera delictiva y se marchan al puerto de Gijón. Pero a Clara María le entra mucho miedo y se echa para atrás. Ya no quiere huir a América. Se quiere volver a Madrid con sus padres.
Ahí es donde el bandido comete el mayor error... decide acompañar a su amante a Madrid para que no se vaya sola.
Al llegar a Valladolid le apresan y le llevan a Madrid para su ejecución.
Así, el 6 noviembre de 1838, es ejecutado a garrote vil, en la plaza de la cebada.
Luis Candelas escribe una carta a la reina Maria Cristina pidiendo el indulto, alegando que nunca había cometido delitos de sangre. Pero la reina seguía "escocida" por el robo sufrido a su joyera y peinadora y no se lo concede (qué mala leche)
Sobre sus últimas palabras hay también leyendas y rumores, y no está nada claro si realmente dijo aquello de "Adiós, patria mía, se feliz"... pero en la cultura popular ha quedado así para la posteridad y leyenda del bandolero/dandy más famoso del Madrid del siglo XIX.
recorte de prensa - el español
Como última anécdota, nos cuenta Javi que cometió robos bastante grandes, en la casa de correos, llevándose lingotes de oro y muchas monedas. Al estilo de los robos de la famosa y actual serie "La Casa de Papel", donde pone en peligro la economía del país, al robar de las reservas nacionales a lo bestia.
Es gracioso, porque también se corrió otro rumor. Se dice que Luis y su banda escondieron el botín en algún lugar de la ciudad, enterrándolo bajo tierra... y que es por eso que Madrid siiiiiiempre está en obras... continuamos buscando como locos ese tesoro que ha de estar en algún lugar...
jijiji, qué bueno
Tengo que decir que, para mi, en vez de aplacar al mito, me ha dado un subidón, y me ha hecho pensar muchísimo en este increíble personaje.
Ya en mi cabeza se quedan todos estos nuevos datos recopilados y me quedo con la nueva imagen de este ladrón, que pasa a ser muuuucho más interesante que antes.
Esto es todo... de momento.

















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