una de las fachadas de la Plaza Mayor
Empezamos la visita en la Plaza Mayor.
En los siglos XV y XVI era un lugar muy importante. Allí estaba el mercado mas importante de la ciudad. Este sitio es alto y ventilado, y quedaba libre de malos olores, es por ello que se traslada aquí el antiguo mercado de la plaza de la Paja.
En la edad media todo era agua y barro. Lo desecan totalmente y es perfecto para instalar aquí el mercado por su situación de altura.
Además, está cerca de la Puerta de Toledo y conecta con la Puerta de Alcalá, donde estaba situado el silo más grande e importante, que almacenaba la harina y los cereales de todo Madrid.
Tiene su lógica, puesto que en la Plaza Mayor está la Casa de la Panadería y en la línea de todo esto, la calle de la Sal, el último ingrediente necesario para hacer el pan.
Nos vamos ahora al Arco del 7 de julio (1822), en la calle de San Fermín, que es una de las que sale de la propia Plaza Mayor.
El arco hace referencia al momento del levantamiento de los liberales contra Fernando VII en 1820, cuando le obligan a aceptar la Constitución de la Pepa.
En el año1822 todo va mal. Los madrileños saben que todo está yendo mal y ellos mismos crean la llamada guardia nacional, los burgueses con dinero desean elegir a quien les gobierna, y se crea este cuerpo "militar" con gente del pueblo.
Hacen la instrucción con palos para prepararse, lo cierto es que se trata de algo poco profesional.
Entran por Conde Duque las tropas absolutistas. Intentan eliminar todos los elementos liberales y que suba de nuevo el absolutismo.
Se rebelan y Fernando se va raudo y veloz al palacio del Pardo a esperar la guerra civil (que se produce finalmente).
Los guardias esperan en la casa de la panadería, y esta calle de San Fermín no existe todavía.
Galdós lo narra todo en su episodio del 7 de julio.
Se llena la calle de muertos.
De liberales y de absolutistas... es un caos total.
Finalmente se firma la paz en el arco de la victoria, en el llamado arco real (que es bastante cutre, por cierto, se trata del actual callejón del Infierno)
En 1823 Fernando acabó con los liberales y hasta el 1833 (cuando fallece), reina de modo absolutista. Es la conocida como "la década ominosa". Es entonces cuando el reinado pasa a su hija Isabel.
El Arco de triunfo es el callejón del Infierno. Finalmente se firma la paz 1822 entre liberales y absolutistas.
Era también el arco del peso real. Se pesaba aquí el pan, que no era cosa de poco. Una de las cuestiones más importantes era el peso del pan.
En 1672, en el mes de agosto hubo un terrible incendio. Destruyó la mitad de la plaza y los madrileños estaban tan desesperados que incluso sacaron a San Isidro de su lecho eterno, por si lograba pararlo. Este arco fue llamado el Callejón del Incendio porque las llamas salían por esta callecita como si se tratase del mismísimo averno.
el llamado Arco Real o de la Victoria, también conocido como el Callejón del Infierno
Pasando a otras cuestiones más mundanas, a Isabelita la casan con su primo (que era homosexual) Francisco de Asís (de Borbón y Borbón dos Sicilias) por intereses de la corona.
Con el tiene una hija, la infanta Isabel, conocida como la Chata por los madrileños (después tendrá varios isabelitos más, según dicen las malas lenguas de otras conquistas suyas).
Nuestra Isabel II era una persona con una cultura limitada, un poco burda y basta, y esto llama mucho la atención porque precisamente su coetánea, la reina Victoria de Inglaterra es una reina con una educación exquisita que sabe ser reina y reinar perfectamente.
La reina Isabel es todo lo contrario...
Nos cuenta José Manuel la famosa anécdota del cura Merino. Se trata de Martín Merino y Gómez, no confundir con su contemporáneo Jerónimo Merino Cob, que también era cura y guerrillero liberal que ganó múltiples batallas a Napoleón y luchó en las guerras carlistas.
El 2 de febrero de 1852, recién nacida la infantita, la reina iba a marchar a la Basílica de Atocha, a la tradicional misa de parida para dar gracias (costumbre bastante arraigada entre la nobleza)
La reina se encontraba en el palacio real. El cura Merino, activista y guerrillero antimonárquico, se cuela sin problemas, gracias a su sotana.
Llega ante la reina y arrodillado, le da un papel, ella se agacha para tomarlo y él aprovecha para acuchillarla. La suerte es que el corsé de la reina estaba relleno de huesos de ballena, que pararon el cuchillo, y salvo el vestido, que terminó todo ajado, no sufrió más daños. Ella salió totalmente ilesa.
Me pareció entender que dicho vestido está expuesto en el Museo del Traje.
Apresan al cura inmediatamente y en el juicio se decide que le ejecuten. Y aunque ella no quiere verle muerto y le quiere perdonar, termina ajusticiado en el garrote vil.
Seguimos avanzando en la visita y llegamos hasta otro arco, el de la plaza de San Miguel.
Hasta el incendio de 1790 en esta zona estaba la desaparecida iglesia de San Miguel de los Octoes. Dentro había ocho niños hermanos enterrados y era un lugar de mucha devoción.
También había un mercado (el de San Miguel). Y es que aquí estaba la Puerta de Guadalajara (en la cercana calle Mayor)
El mercado, que ya estaba desde el XVII era un mercado de pescado, el cual se vendía sobre cajas.
Tiene todo el sentido, aquí, muy cerca, en el XIX estaba la Estación del Norte (cuesta de San Vicente) y se vende todo el pescado que venía de la zona norte de España.
El mercado estaba frente a la iglesia (San Miguel de los Octoes) y junto a la muralla (que se derriba con Prim, ya que los liberales no quieren murallas en la ciudad).
Por fin, en 1913 el nuevo mercado se levanta, siguiendo las nuevas tendencias del acero y el cristal.
También se abre la calle Ciudad Rodrigo, que hasta el momento no existía.
el actual mercado de San Miguel
Foto del siglo XIX del mercadillo que se montó en el solar de la iglesia derruida
Imagen de Madrid Medieval.es
Fuente: Diariodesing.com (aprox. años 40) Fachada del Mercado de San Miguel.
imagen de Ediciones la Librería
Enfilamos ahora hacia la Calle Bordadores desde la calle Mayor.
Era esta una zona de comercio y trabajo. Se agrupan aquí los distintos gremios y oficios.
Todo el negocio textil siempre había sido muy importante para Madrid, así como las tiendas de ropa, pero, es sobre todo durante todo el XIX, cuando las telas y negocios relacionados están en su máximo auge, gracias a la rica burguesía, que se viste siguiendo la moda europea.
Ya en la Edad Media Enrique IV y Juana de Portugal piden a los bordadores una capa y ellos no se la cobran. Para corresponder el rey les da unos terrenos para sus tiendas y se crean entonces los primeros gremios.
Los artesanos deben pagar unos impuestos y reunidos en gremios es mucho más fácil para organizarse, incluso los pagos.
San Ginés - la antigua puerta principal era justamente ésta
Los gremios rezan antes de empezar el día y se les mandaba a la cercana iglesia de san Ginés.
Hay otra anécdota sobre los bordadores. Cuando Santa Teresa de Jesús está en Madrid les pide que le hagan una faldilla de oro para un Cristo y ellos no le cobran. Ese Cristo (imaginamos que no con esa misma faldilla) es la que está en el convento de las Carboneras, en el barrio de los Austrias, calle de Puñoenrostro, que hemos visitado en alguna que otra ocasión.
Hablemos ahora de San Ginés.
Alfonso VI está casado en segundas nupcias con Constanza de Borgoña.
Su suegro y su cuñado le ayudan en la reconquista. Traían sus propios santos, como este, que es San Ginés de Arles (Francia).
Era un soldado romano, nacido hacia el año 300, al que obligan a hacer una serie de leyes contra los cristianos. Como él se niega, lo martirizan y desuellan. (agg)
(Wikipedia me dice que murió decapitado, por cierto.)
Esta torre de campanario cuenta con una verja. Hay una especie de jaula de acero y el monaguillo mueve la campana, no con el badajo, como la campana que vimos en la iglesia de San Pedro el Viejo, por ejemplo.
Estos dos son los modos más comunes de tocar las campanas.
fachada de San Ginés en la calle Bordadores, era ésta la entrada principal
La entrada principal estaba en la calle bordadores. En la portada se puede ver el escudo papal (no en mi foto, pero si en toda la información que voy a poner copiada de la entrada de Marisa de 2019)
En la edad media, en las iglesias, había cantidad ingente de robos y los papas les proporcionan bulas a los que ayudaban a controlar estos robos.
imagen de Wikipedia
Toda esta zona estaba llena de agua, recordemos que en Madrid había agua y lagunas por todas partes. Se deseca este lugar y queda un arenal... como vemos, no se complican con los nombres de las calles a la hora de nombrarlas.
La iglesia se encuentra sobre arena, así que los cimientos son malos. Sufre muchas reformas a lo largo de los siglos, y no queda casi nada de la original.
En 1894 unen la iglesia con otros edificios para sustentarla y reforzar los cimientos. Forman unos arcos y se apoya en dichos edificios. Todos estos edificios pagaban impuestos a la iglesia, con el consiguiente enriquecimiento de San Ginés.
Esta iglesia era muy importante ya desde los Reyes Católicos. Era tan grande que se divide con la de San Martín, que actualmente no existe, y que estaba al otro lado de la calle Arenal.
Hasta el siglo XIX en España se seguía comerciando con esclavos, lamentablemente. Inglaterra lo prohíbe en 1835 y aquí en nuestro país también se deja de traficar con personas en el 1837, no así en Cuba o Puerto Rico, donde se continuó otros 50 años más con esta práctica deplorable.
Poco se habla de esto, pero he leído que Carlos III, el maravilloso alcalde de Madrid era propietario ... ¡¡de 20.000 esclavos!!
Para más inri, estos esclavos se vendían en las puertas de las iglesias.
En la puerta de la calle Bordadores podemos ver un símbolo que nos habla de este hecho. Se trata de un clavo y de la letra "S".
Se trata del símbolo del "sine iure": en latín, el que no tiene ningún derecho sobre si mismo.
Esta marca se les grababa (a fuego) en las mejillas de las personas esclavizadas y en ocasiones hasta con el nombre del dueño. Menuda barbaridad.
el símbolo de la esclavitud en la puerta de San Ginés
En el siglo XIX la calle Arenal es la más importante, lleva directamente hasta el Palacio Real, y es por ello que muchos nobles se construyen aquí sus viviendas y palacetes.
Llegamos por fin a la iglesia de San Ginés.
José Manuel nos cuenta que con las leyes de José Bonaparte, los cementerios se alejan del centro de las ciudades, por higiene y salubridad.
Era esta una zona de enterramiento, y sobre la entrada, en la puerta de la iglesia nos encontramos un búho. Y es que es un animal nocturno y símbolo de sabiduría, muy presente en la iconografía del romanticismo.
En casi todos los cementerios históricos, nos lo encontramos, así como las antorchas boca abajo, que simbolizan la muerte.
Antes que nada, os dejo este interesante enlace, para poder pasear y recrearse en las obras más importantes del templo:
https://www.parroquiadesangines.es/un-recorrido-por-las-obras-de-arte-del-templo-parroquial-2/
En la iglesia, nada más entrar, podemos ver a la Virgen de la Valvanera representada dentro del tronco de un árbol, haciendo alusión a la historia de su aparición y de un cocodrilo, que estuvo muchos años también en esta iglesia disecado.
Un rico comerciante iba con su familia en un barco desde América, pero naufraga y un cocodrilo amenaza con comérselos a todos. Pero la Virgen salió de un árbol y mató al cocodrilo.
Él se lo trae, lo diseca y lo deja en la iglesia, como recuerdo del milagro.
imagen de la Virgen de la Valvanera, saliendo del árbol
El Altar Mayor es del siglo XVIII y representa el Martirio de san Ginés, obra de Ricci.
El cuadro que sirvió de boceto para realizarla se exhibe en una de las capillas.
el Altar Mayor con el martirio de San Ginés
este es el boceto de Ricci del cuadro del Altar Mayor
Capilla de la Virgen de la Cabeza, patrona de Andújar, Jaén, una de las capillas con más devoción de este templo
por fin veo el cuadro de el Greco en vivo y en directo
lo exponen solo en unos días y horas concretas
AHORA COPIO LITERALMENTE DE UNA VISITA CON MARISA EN EL 2019, QUE ESTÁ CARGADA DE INFORMACIÓN MUY INTERESANTE:
En la calle bordadores está la fachada de San Ginés, por la que se entraba en el pasado.
Ahora ha quedado como secundaria, y todo el mundo entra por Arenal, que es más conocida.
Es de estilo neoplateresco, construida en el siglo XVII.
La iglesia está bajo la advocación de San Ginés de Arles, mártir que falleció en el año 308 d.c.
La primera referencia documental es un privilegio otorgado por Alfonso VII en 1.156, y todavía en 1467 era, junto a la San Martín, la única situada extramuros.
En 1.642 sufrió un hundimiento y entre 1645 y 1672 se construyó el templo que conocemos actualmente.
Hubo en un primer momento una ermita, después una mezquita, hasta que Felipe IV la termina de construir. Juan de Villanueva la reconstruye.
Fue un templo muy castigado, por los expolios, varios incendios, un derrumbe...No hay que olvidar que en esta zona hay mucha agua y claro, los cimientos sufren los suyo.
La primera referencia documental es un privilegio otorgado por Alfonso VII en 1.156, y todavía en 1467 era, junto a la San Martín, la única situada extramuros.
En 1.642 sufrió un hundimiento y entre 1645 y 1672 se construyó el templo que conocemos actualmente.
Hubo en un primer momento una ermita, después una mezquita, hasta que Felipe IV la termina de construir. Juan de Villanueva la reconstruye.
Fue un templo muy castigado, por los expolios, varios incendios, un derrumbe...No hay que olvidar que en esta zona hay mucha agua y claro, los cimientos sufren los suyo.
Según Chueca Goitia la torre era absolutamente perfecta en sus proporciones.
En el patio previo a la iglesia, había un pozo donde quemaban a los reos de la inquisición y a los ahorcados (habían cometido el horrible pecado del suicidio).
Hay tres fabulosos arcos carpaneles flanqueando la entrada principal.
Pero ya no es la decoración plateresca, es un estilo mucho más sobrio.
Las rejas interiores son lo más antiguo de la portada.
Las capillas y el archivo parroquial son muy importantes.
El templo custodia un archivo parroquial con documentos que datan de 1480, como la partida de bautismo de Quevedo, el acta matrimonial de Lope de Vega o la partida de defunción de Tomás Luis de Vitoria. También guarda otras joyas, no a la vista, como la mesa italiana con incrustaciones del siglo XVI y objetos litúrgicos de los siglos XVIII y XIX.
El templo custodia un archivo parroquial con documentos que datan de 1480, como la partida de bautismo de Quevedo, el acta matrimonial de Lope de Vega o la partida de defunción de Tomás Luis de Vitoria. También guarda otras joyas, no a la vista, como la mesa italiana con incrustaciones del siglo XVI y objetos litúrgicos de los siglos XVIII y XIX.
A la entrada, podemos ver una placa conmemorativa, con hijos ilustres, como los citados Lope de Vega, Quevedo o Tomas Luis de Vitoria.
Semi oculta a las miradas, hay una pequeña escultura de una lechuza... Ligada al enterramiento y a rituales de la muerte.
OJO: está difícil de ver.
San Ginés de Arlés era un notario del imperio romano. Los emperadores firmaron un edicto para su persecución. Cruza el río Ródano milagrosamente, pero le terminan atrapando y muere decapitado.
Parece ser que no está bautizado, pero le bautiza Dios mismo y esto se refleja en alguna de las obras que le representan.
El interior de la iglesia es de estilo neoclásico y sufrió varias expoliaciones.
Además fue cuartel republicano durante la guerra civil.
Además fue cuartel republicano durante la guerra civil.
Más tarde, gracias a uno de uno de los párrocos consigue obras, y restaurar gran parte de los mármoles y el bronce dorado. De todos modos, la nobleza ayuda también, como es de esperar...
La buena apariencia que luce hoy la Iglesia de San Ginés se debe a una reforma reciente. Algunos personajes adinerados quisieron salvar el monumento y aportaron fondos. Desde luego, esos personajes tienen un espacio en la cripta del templo para su descanso eterno. (por ejemplo, está Ramón Areces, fundador de El Corte Inglés. También está Isidoro Álvarez, su sobrino y sucesor en el cargo. Otras familias cuentan con su propio espacio como los Abelló o los Koplowitz.)
La buena apariencia que luce hoy la Iglesia de San Ginés se debe a una reforma reciente. Algunos personajes adinerados quisieron salvar el monumento y aportaron fondos. Desde luego, esos personajes tienen un espacio en la cripta del templo para su descanso eterno. (por ejemplo, está Ramón Areces, fundador de El Corte Inglés. También está Isidoro Álvarez, su sobrino y sucesor en el cargo. Otras familias cuentan con su propio espacio como los Abelló o los Koplowitz.)
El edificio, junto con las obras que alberga, fue declarado monumento histórico-artístico nacional en 1982.
El lienzo del retablo principal es de Francisco de Ricci, pero sufrió un incendio y una posterior restauración. Y a estas alturas no se sabe si es una copia o una restauración, así están las cosas.
El lienzo del retablo principal es de Francisco de Ricci, pero sufrió un incendio y una posterior restauración. Y a estas alturas no se sabe si es una copia o una restauración, así están las cosas.
A ambos lados, podemos ver dos balcones o tribunas para que los reyes asistieran a la misa, con más privacidad, y en lugar privilegiado.
La iglesia tiene tres naves con capillas a los lados. La nave central es más alta y se separa de las otras dos mediante arcos de medio punto. Sobre el crucero se levanta una cúpula.
Lo primero que nos llama la atención al entrar es la tonalidad especial de los colores que ocupan todo el templo y, por supuesto, la gran obra que supone la cabecera del templo, con sus tres retablos de estilo neoclásico, reconstruidos tras el incendio de 1824.
A los lados, hay imágenes de San José, San Juan de Adán y la Virgen de Valvanera.
La iglesia tiene tres naves con capillas a los lados. La nave central es más alta y se separa de las otras dos mediante arcos de medio punto. Sobre el crucero se levanta una cúpula.
Lo primero que nos llama la atención al entrar es la tonalidad especial de los colores que ocupan todo el templo y, por supuesto, la gran obra que supone la cabecera del templo, con sus tres retablos de estilo neoclásico, reconstruidos tras el incendio de 1824.
A los lados, hay imágenes de San José, San Juan de Adán y la Virgen de Valvanera.
La Iglesia de San Ginés alberga obras de arte de un valor incalculable. Por ejemplo las pinturas de Alonso Cano, Francisco Ricci, Luca Giordano y Alonso de los Ríos. De hecho, la pintura grande tras el altar mayor, Martirio de San Ginés de Arlés, es obra de Ricci. El cuadro que sirvió de boceto para realizarla se exhibe en una de las capillas.En la capilla del Cristo de la Salud nos encontramos con una impresionante escultura del Cristo Caído, de Nicolás Fumo.
Capilla de la Virgen de las Angustias, tenemos este Cristo de la Salud impresionante escultura del Cristo Caído, de Nicolás Fumo
En esta imagen, podemos apreciar unas letras cubitales (que están por todo el techo), contando la vida de San Ginés.
Es muy venerada la imagen de San Judas Tadeo, exhibida en una urna. De este santo se dice que es el patrón de las causas imposibles. Por eso no es raro ver colas de personas que vienen a rogarle y que hasta le dejan notas en papel. Hay otro Judas Tadeo en la iglesia de Santa Cruz, también muy popular.
Pilina fue muy devota del Niño Jesús y solía ir a rezar a esta capilla. Padeció la enfermedad de Hodking, una especie de cáncer que afecta a los huesos. Soportó los dolores con entereza, repartió sus ahorros entre los pobres y, en sus últimos días, trataba de consolar a su madre. En la actualidad está a la espera de beatificación.
Capilla con los restos de Pilar Cimadevilla
Como gran curiosidad, el espacio que ocupa la urna de Pilina albergó los restos del famoso caimán. Por lo visto, la iglesia de San Ginés guardaba los restos fosilizados del caimán que en el siglo XIV fue ofrendado por Alonso de Montalbán como agradecimiento a la Virgen por protegerlo en una expedición marítima. Estuvo en dicha capilla hasta mediados del XX.
Imagen localizada de internet:Otra cosa interesante es que nos encontraremos con un cuadro del greco en el costado opuesto, al lado de la Epístola, una de las obras maestras de la iglesia (únicamente se muestra los sábados por la mañana de 11,30 a 12 h), la Expulsión de los mercaderes del templo o Purificación del templo del Greco, fue adquirido por la Congregación del Santísimo Cristo en 1705 y permaneció en su capilla hasta la remodelación iniciada en 2002.
Pongo una imagen de internet:
En la iglesia, también podemos ver algunos otros cuadros interesantes, como por ejemplo una "Adoración" cedida por el Museo del Prado, de un discípulo de Rubens.
O un cuadro de la Anunciación" de Luca Giordiano, que es una copia de uno de Tiziano.
Una de las capillas más interesantes e increíbles es la Capilla del Santísimo de la Redención, en la que encontramos varias pinturas relativas a la pasión de Cristo, un cuadro de Alonso Cano de Cristo esperando la crucifixión, que es especial por la modernidad. En su fondo, se ve el convento de las dominicas de Loeches.
Hay también bastantes cuadros del XVII preciosos de color.
interior de la capilla del Santísimo, lugar prohibidísimo para hacer fotos, cosa de la que no me percaté hasta que un vigilante me llamó la atención (lo siento... pero ya que la hice...la pongo)
Y hay obras de Tiépolo, Juan Carreño Miranda, Luca Giordano o Alonso Cano.
Pero es imposible encontrar imágenes en internet y no me dejan hacer fotos, así que tendréis que ir para descubrir tales maravillas.
Pongo este texto, para cuando yo misma tenga ocasión de repetir la visita y poder admirarlo con su explicación completa:
Pero es imposible encontrar imágenes en internet y no me dejan hacer fotos, así que tendréis que ir para descubrir tales maravillas.
Pongo este texto, para cuando yo misma tenga ocasión de repetir la visita y poder admirarlo con su explicación completa:
"La primera y más destacada del templo es la Capilla del Santísimo Cristo de la Redención. De planta de cruz latina, como pequeña iglesia adosada a la principal, se cubre con mármoles de colores grises, rojos y anaranjados, bronces dorados en los ornamentos y pintura en estuco imitando mármol en la nave. En sus muros cuelgan las siguientes pinturas:Arcángeles Barachiel y Sealtiel, atribuidos a la primera etapa de Antonio de Pereda. El Salvador, obra maestra firmada y fechada por Antonio de Pereda en 1655. Procedente del convento de las Capuchinas, donde lo vio Antonio Palomino, que dijo de él que «pintó ... con tan extremada belleza, que parece no pudo tener otra fisonomía Cristo Señor nuestro, por ser tanta su perfección, que arrebata los corazones; de suerte, que por sólo esta imagen merece su autor nombre inmortal». Se incorporó en 2007 a la iglesia de San Ginés.El Buen Pastor con dos niños pastores de Gerard Seghers, obra de poco común iconografía.Cristo de la humildad, original de Alonso Cano datado hacia 1643. La escena se sitúa en un paisaje en el que se aprecia un edificio que se ha relacionado con el convento de madres Dominicas de Loeches, fundación del conde duque de Olivares, protector del pintor. Durante su restauración se puso de manifiesto que en un primer momento Cano dispuso el grupo de la Virgen y san Juan Bautista con un tamaño mucho mayor, reduciéndolos luego, con lo que ganó el paisaje, a fin de centrar la atención en el cuerpo de Cristo, sentado y encorvado aguardando la crucifixión.16Lamentación sobre Cristo muerto, firmado por Michiel Coxcie.El altar de esta capilla, diseñado por Sebastián Herrera Barnuevo y en cuya ejecución (1676) participó Virgilio Fanelli, cuenta con un Cristo Crucificado de Alfonso Giraldo Bergaz, ejecutado en la primera década del siglo XIX, y cuatro ángeles en bronce dorado de Pompeo Leoni. En la cúpula, pinturas al fresco de José Sánchez Villamandos, documentado en la segunda mitad del siglo XVIII, representando cuatro mujeres fuertes de la Biblia en las pechinas, otros tantos varones bíblicos en el tambor y la Ascensión en el cascarón."Al lado de esta capilla, hay una pila bautismal histórica. Está datada hacia el año 1600 y se labró en mármol de una sola pieza. Fue donada por la reina Isabel II a la parroquia.
Como última curiosidad, antes de irnos, JM nos cuenta que, desde el Concilio Vaticano II, con Juan XXIII ya no se puede enterrar a las personas en las iglesias.
Parece ser que en Madrid, solo se puede en cinco de ellas:
La de San Ginés, las Descalzas Reales, la iglesia de la Concepción en goya, la Cripta de la Almudena... y falta una...
De todos modos, para los comunes mortales es prácticamente imposible, puesto que además de caro, no hay posibilidades de encontrar nichos libres.
Salimos de nuevo a la calle Arenal, y pasamos a otro tipo de cosas más alegres.
Estamos frente al Teatro Eslava, inaugurado en 1871, y en ese momento era lo más chic del Madrid del XIX.
En esta zona hay muchos restaurantes, hoteles, palacios... la burguesía se concentra en este barrio y quieren estar presentes.
El Teatro Eslava era un teatro de representaciones de zarzuela. El llamado "género chico", que es mucho más corto, con apenas un par de actos y 5 cuadros.
Celia Gámez lo compra en los años de la preguerra y lo hace brillar mucho.
Por ejemplo, se representa la obra de "La corte del faraón" durante 4 años, que para aquella época era todo un logro.
Al final de guerra, Celia vuelve de nuevo y lo transforma en un teatro de vodevil, con obras más livianas, y todo eso de las pechugas al aire y los gorros de plumas, que tan típicos serán después, en la "era del destape".
Nos paramos brevemente delante del Palacio de Gaviria, perteneciente a un hombre muy rico, un banquero, Manuel Gaviria y Douza, Marqués de Gaviria y Conde de Buena Esperanza, que en 1855 lo inaugura con todo tipo de lujos y comodidades, tales como calefacción central o baños (situados a la entrada, evidentemente para chulear).
Lo hizo construir al estilo de los grandes palacios renacentistas italianos, y con los frescos de su capilla y la decoración cerámica que aún conserva, fue uno de los más bellos de la capital.
Se daban aquí unas fiestas impresionantes, a las que acudía incluso la reina Isabel.
En 1977 fue declarado Bien de Interés Cultural.
Entre 1991 y 2011 funcionó como discoteca, y luego albergó un centro de decomisos.
En la actualidad posee trece salas y es lugar de exposiciones
puerta principal del Palacio de Gaviria
En esta zona estaba también la Confitería Prast, de dos hermanos catalanes en 1866.
Galdós lo cita mucho en sus obras, y también lo nombra Emilia Pardo Bazán.
Era ejemplo de clase y buen gusto. Y abastecían a la casa real.
Un ejemplo, el famoso y caro bombón glacé, se vendió en esta pastelería por primera vez.
Hilando con esto, podemos decir que aquí también estuvo la inspiración para el famoso Ratoncito Pérez.
El padre Coloma, jesuita y preceptor de Alfonso XIII, se inventa (o reinventa) un cuento para perder el miedo cuando se le cae su primer diente.
La casita del Ratón estaba dentro de una caja de galletas de la Confitería Prast.
placa del Ratoncito Pérez - imagen de flirck
En la calle Arenal, podemos encontrar la casa-museo del Ratoncito. Y parece ser que es una visita muy recomendable. (mi recuerdo es muy leve, pues fui con mis hijas hace ya mas de 10 años, y por entonces era mucho más simple)
Imagen de la web de la Casa del Ratoncito Pérez









































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