Este año 2018 celebraremos la que probablemente será la última Nochevieja en la Puebla.
Las chicas (sobre todo la mía mayor) se hacen mayores y ya me ha advertido de que el año que viene pasará la última noche en Madrid, en compañía de sus amados amigos. Y yo que lo entiendo.
Así que, como estamos en la puebla Irene y yo con la familia, decidimos que, al un fin de semana muuuy largo, al menos uno de los días haremos algo especial y contactamos con mi prima Marisol para que nos organice alguna excursión en Toledo.
El día comienza bastante frío, ya que hay una niebla considerable que lo cubre todo y una escarcha horrible por todas partes.
No hay más ver cómo estaba el parking cuando llegamos a las 10.00 de la mañana... ni las arañas se libran de la helada...
Muy cerquita de la plaza vemos una de las fachadas rehabilitadas por el Consorcio
Me encanta, Alfonso nos cuenta muchísimas anécdotas e historias de la ciudad, que devoramos con ansia y buen humor. (Entre otras la historia del hombre de palo, que molaba mucho, pero que no recuerdo bien)
Así que busco información y copio textualmente de la página
https://www.leyendasdetoledo.com/
"se adjudicó al célebre Juanelo Turriano (diseñador y creador del célebre «artificio» que facilitaba la subida de agua desde el Tajo al alcázar) la autoría de lo que hoy llamaríamos un robot (autómata), con la misión de recorrer diariamente las calles recabando limosnas en vistas de que, como no le pagaban lo suyo, andaba en la más negra miseria. Cuando los maravedíes llegaban al fondo de la hucha, el muñeco hacía más reverencias que un japonés, señal de que, al menos, Toledo tenía mala conciencia de su ignominioso comportamiento con el genio de Cremona, comparado por algunos con el mismo Leonardo da Vinci. Narra también la tradición, que la Inquisición, siempre en sus cosas, creyó ver en este autómata obra del maligno, por lo que no dudó en quemar directamente al «Hombre de Palo» que tan famoso se había hecho entre las personas que transitaban tan céntrica calle de la ciudad."
Y otra cosa, me encanta ver la relación tía-sobrina.
Una de las historias más simpáticas es la que nos cuenta Marisol sobre las callecitas estrechas de Toledo.
Tan estrechas y particulares que los propios vecinos las "cerraban" con vallas y las dejaban sin paso, haciéndolas suyas y de nadie más... (sacaban sus sillas, sus tendederos de ropa...)
Y luego el ayuntamiento pasaba, las abría de nuevo y ponía carteles de este tipo "esta calle es de Toledo"
Parece ser que este cartel-inscripción es bastante antiguo:
Aquí se puede ver la baldosa blanca donde supuestamente el caballo de Alfonso VI se arrodilló.
Y han dejado a la vista el techo y sus intríngulis.
Las vistas desde el jardín-mirador son espectaculares, se ve toda la parte de la Vega baja de Toledo (una parte algo más moderna de la ciudad)
Y la familia, puesta en fila y dispuesta para las fotos... jeje
Justo antes de ir a comer, visitamos una instalación muy interesante, que forma parte de una obra de tres partes que se encuentra distribuida por la ciudad de Toledo.
El proyecto, de la arquitecta Cristina Iglesias, se llama "Tres Aguas" y podemos visitar dos de las tres obras en el día de hoy (la tercera, la Torre del Agua, se encuentra algo lejos y decidimos que no vamos)
Cristina Iglesias es una artista vasca, famosa entre otras obras por las famosas puertas de la última ampliación del Museo del Prado, del año 2007.
Aunque parece ser que tiene obras repartidas por todo el planeta.
Si alguien siente curiosidad, dejo su web oficial:
http://cristinaiglesias.com/
Esta primera obra se encuentra en la calle de Santo Domingo Real, y me parece que podemos acceder a esta hora y sin nadie más, gracias a lo "mucho jefa" que es Marisol... jeje
Se trata de algo muy original, y, aunque en principio parece algo sencillo, vemos que tiene su complejidad, y sobre todo, que es precioso...
En la estancia (creo que forma parte del convento de Santa Clara) solamente hay un banco corrido a lo largo de toda la pared y una especie de hueco rectangular en el centro, cubierto por una suerte de raíces raras (que luego vemos que son metálicas... )
Esta piscina intrigante se va llenando poco a poco con agua, hasta que al fin queda una superficie lisa y reflectante, como un espejo.
Es bello, es paz, es algo que ayuda a meditar...
Dentro de su sencillez, resulta increíble, a mi por lo menos me fascina, y se que si viviera en Toledo, me acercaría a verlo y sentirlo varias veces al año.
De camino al restaurante, nos pasamos por una de las tiendas (ésta es de ropa) que tiene una parte de la muralla y ruinas romanas a la vista.
Parece ser que al principio no hacían ni caso a todos los restos romanos, pero con el tiempo, la gente se dio cuenta del potencial y cada vez se pedían más ayudas para integrar estos elementos a sus negocios, y es que, los turistas, que somos muy tontos, a la vez que vemos estas ruinas, de paso te das una vuelta y quizá consumas (que es lo que en el fondo les interesa a ellos...jejeje)
Aquí por ejemplo, debajo del suelo transparente, se ve el pasillo por donde se transportaba el combustible para poner en marcha las termas (que están aquí al lado)
Lo han preparado todo para que se pueda ver lo máximo posible, a través del suelo transparente.
Y también, muy cerca, "Las Cuevas de Hércules"
Muy interesante también.
Formaba parte de un depósito de abastecimiento de agua romano.
Luego fue iglesia, en época visigoda y finalmente mezquita durante la musulmana.
Con las explicaciones de mi prima, estamos todos con la boca abierta...
Estupendo!!
Llega la hora de comer y vamos a un sitio estupendo:El Mesón Palacios.
Carcamusas, judías con perdiz, codillos... todo engordante y maravilloso.
(nota: nos llevamos varios tuppers con codillo, puesto que son enoooormes y nos hemos pasado un poquito con la emoción. Tenemos para comer luego un par de días)
No hay más ver cómo estaba el parking cuando llegamos a las 10.00 de la mañana... ni las arañas se libran de la helada...
Lo primero que hacemos es subir los once millones de tramos de escaleras mecánicas (más o menos) que es una maravilla de la técnica y que hace que en pocos minutos pasemos de la parte más baja de la ciudad a la preciosa Plaza de Zocodover, en todo el centro:
Muy cerquita de la plaza vemos una de las fachadas rehabilitadas por el Consorcio
Aquí en el llamado "Arco de la Sangre" que da entrada a la plaza, desde los caminos del sur, dando entrada por la antigua muralla árabe, (por eso el arco de herradura) lugar donde todo el mundo se hace la foto con la estatua de Cervantes.
Ponemos rumbo a nuestra primera visita, El Cristo de la Luz, aunque la primera parada es en el Centro De Gestión De Recursos Culturales Del Consorcio De Toledo que está al lado de esta preciosa plaza e iglesia. (Plaza Amador de los Ríos)
Me encanta, Alfonso nos cuenta muchísimas anécdotas e historias de la ciudad, que devoramos con ansia y buen humor. (Entre otras la historia del hombre de palo, que molaba mucho, pero que no recuerdo bien)
Así que busco información y copio textualmente de la página
https://www.leyendasdetoledo.com/
"se adjudicó al célebre Juanelo Turriano (diseñador y creador del célebre «artificio» que facilitaba la subida de agua desde el Tajo al alcázar) la autoría de lo que hoy llamaríamos un robot (autómata), con la misión de recorrer diariamente las calles recabando limosnas en vistas de que, como no le pagaban lo suyo, andaba en la más negra miseria. Cuando los maravedíes llegaban al fondo de la hucha, el muñeco hacía más reverencias que un japonés, señal de que, al menos, Toledo tenía mala conciencia de su ignominioso comportamiento con el genio de Cremona, comparado por algunos con el mismo Leonardo da Vinci. Narra también la tradición, que la Inquisición, siempre en sus cosas, creyó ver en este autómata obra del maligno, por lo que no dudó en quemar directamente al «Hombre de Palo» que tan famoso se había hecho entre las personas que transitaban tan céntrica calle de la ciudad."
Y otra cosa, me encanta ver la relación tía-sobrina.
Una de las historias más simpáticas es la que nos cuenta Marisol sobre las callecitas estrechas de Toledo.
Tan estrechas y particulares que los propios vecinos las "cerraban" con vallas y las dejaban sin paso, haciéndolas suyas y de nadie más... (sacaban sus sillas, sus tendederos de ropa...)
Y luego el ayuntamiento pasaba, las abría de nuevo y ponía carteles de este tipo "esta calle es de Toledo"
Parece ser que este cartel-inscripción es bastante antiguo:
Ponemos rumbo a la Mezquita-Iglesia del Cristo de la Luz
Que es un sitio increíble.
Aquí se puede ver la baldosa blanca donde supuestamente el caballo de Alfonso VI se arrodilló.
La reforma que se hizo y que integra la mezquita con la entrada hipermoderna no está demasiado mal, aunque lo que más me gusta es como han dejado a la vista los restos de la antigua calzada romana.
Los capiteles son chulísimos, y se conservan estupendos.
Y han dejado a la vista el techo y sus intríngulis.
Lo que más me gusta es las pinturas que están en los muros, y dejo imágenes de las mismas.
Y la familia, puesta en fila y dispuesta para las fotos... jeje
El proyecto, de la arquitecta Cristina Iglesias, se llama "Tres Aguas" y podemos visitar dos de las tres obras en el día de hoy (la tercera, la Torre del Agua, se encuentra algo lejos y decidimos que no vamos)
Cristina Iglesias es una artista vasca, famosa entre otras obras por las famosas puertas de la última ampliación del Museo del Prado, del año 2007.
Aunque parece ser que tiene obras repartidas por todo el planeta.
Si alguien siente curiosidad, dejo su web oficial:
http://cristinaiglesias.com/
Esta primera obra se encuentra en la calle de Santo Domingo Real, y me parece que podemos acceder a esta hora y sin nadie más, gracias a lo "mucho jefa" que es Marisol... jeje
Se trata de algo muy original, y, aunque en principio parece algo sencillo, vemos que tiene su complejidad, y sobre todo, que es precioso...
En la estancia (creo que forma parte del convento de Santa Clara) solamente hay un banco corrido a lo largo de toda la pared y una especie de hueco rectangular en el centro, cubierto por una suerte de raíces raras (que luego vemos que son metálicas... )
Esta piscina intrigante se va llenando poco a poco con agua, hasta que al fin queda una superficie lisa y reflectante, como un espejo.
Es bello, es paz, es algo que ayuda a meditar...
Dentro de su sencillez, resulta increíble, a mi por lo menos me fascina, y se que si viviera en Toledo, me acercaría a verlo y sentirlo varias veces al año.
De camino al restaurante, nos pasamos por una de las tiendas (ésta es de ropa) que tiene una parte de la muralla y ruinas romanas a la vista.
Parece ser que al principio no hacían ni caso a todos los restos romanos, pero con el tiempo, la gente se dio cuenta del potencial y cada vez se pedían más ayudas para integrar estos elementos a sus negocios, y es que, los turistas, que somos muy tontos, a la vez que vemos estas ruinas, de paso te das una vuelta y quizá consumas (que es lo que en el fondo les interesa a ellos...jejeje)
Aquí por ejemplo, debajo del suelo transparente, se ve el pasillo por donde se transportaba el combustible para poner en marcha las termas (que están aquí al lado)
Finalmente, visitamos "Thermae", que es uno de los lugares más increíbles de la ciudad.
Otra ciudad alternativa bajo tierra, que el Consorcio ha conseguido rescatar en buena medida.
Os dejo un enlace que podéis consultar:
Y también, muy cerca, "Las Cuevas de Hércules"
Muy interesante también.
Formaba parte de un depósito de abastecimiento de agua romano.
Luego fue iglesia, en época visigoda y finalmente mezquita durante la musulmana.
Llega la hora de comer y vamos a un sitio estupendo:El Mesón Palacios.
Carcamusas, judías con perdiz, codillos... todo engordante y maravilloso.
(nota: nos llevamos varios tuppers con codillo, puesto que son enoooormes y nos hemos pasado un poquito con la emoción. Tenemos para comer luego un par de días)
Después de los reconstituyentes codillos y demás alegrías, tenemos fuerzas para acercarnos hasta la Catedral y ver allí la segunda de las obras de Cristina Iglesias, que forma parte del proyecto "Tres Aguas"
En la mismísima Plaza del Ayuntamiento, hay otra instalación, que como la que vimos por la mañana, se llena de agua y termina sirviendo de marco/espejo a la Catedral, dejando imágenes increíbles.
Visitamos brevemente una iglesia mudéjar que han transformado en bar-cafetería, y que, aunque al principio me parece una aberración, reconozco que les ha quedado genial y es una pasada tomarte algo allí.
Se llama "Círculo del Arte", y está en la Plaza de San Vicente.
Es una asociación cultural que organiza eventos como conciertos, exposiciones, cine social, tiene tienda...
En fin, muy chulo.
Estas fotos son de la otra fachada de la Catedral, que da a una calle más pequeña y es menos conocida.
El consorcio está por todas partes en la ciudad, restaurando edificios y haciendo mil cosas.
https://consorciotoledo.org/patrimonio/rutas-patrimonio-desconocido-2/
Son sitios pequeños y llenos de encanto, y las visitas están bastante bien reguladas, pues solo los guías tienen la llave y se hace en grupos pequeños, ya que no cabe demasiada gente de una vez.
De hecho, tuvieron que esperar a que saliéramos de aquí para poder entrar el siguiente grupo.
Son unos baños árabes (hamman) que están muy bien conservados. Es una visita muy interesante.
Y nos lleva también a un patio curioso, que también forma parte de las rutas estas del patrimonio desconocido de Toledo. Patios singulares los llaman.
A Irene y a mí nos vienen a la cabeza los patios de Tenerife.
Ya se ha hecho de noche totalmente, así que, después de una parada técnica para tomar algo y descansar unos momentos, nos damos una vueltecita por las luces navideñas antes del volver a la Puebla.
El barrio judío está lleno de luces, vida...
Y nos encanta sobre todo los límites puestos por el suelo, recordando su perímetro y entrada.
Y para finalizar nos pasamos por la que fue la casa natal de mi primo Alfonso, el marido de Marisol.
parece ser que su habitación era una de éstas, de la fachada principal.
Y enfrente justo de la casa, la placa dedicada a su padre, que hizo muchísimos estudios sobre la ciudad. El Ayuntamiento le propuso poner su nombre a esta calle donde vivió tantos años, pero él se negó a ello, no quería que la calle cambiase y como compensación, le han puesto una placa, bastante chula, que queda para siempre.
Ojalá se repita más a menudo.
pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls pls









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