miércoles, 19 de febrero de 2020

TALLER CONOCER MADRID 2 - EXPOSICIÓN EN EL EDIFICIO DE LA TELEFÓNICA (GRAN VÍA) - 19 FEBRERO 2020

 19 DE FEBRERO - EXPOSICIÓN EN EL EDIFICIO DE LA TELEFÓNICA (GRAN VÍA)


Pues lamentándolo mucho, me encuentro postrada en la cama con un virus digestivo y no soy capaz de acudir... y eso que prometía ser interesante.

El edificio y su escalera es una maravilla y he estado muchas veces viendo exposiciones, así que no me da tanta pena faltar esta vez.

Adjunto las fotos que aportaron algunas miembros del grupo Juan Gris.
Gracias a los cielos, esto se ha convertido en una maravillosa costumbre, que da cierta unidad y sensación de grupo... ¡¡me encanta!!













PALITOS DE COLIFLOR Y QUESO - CRISTINA BISBAL

Hablando con mi compi, Cristina Bisbal, la joven promesa del periodismo, de lo mal que comen las verduras nuestros hijos menores, me cuenta esta idea, que en su casa ha sido todo un éxito.

Se trata de una receta maravillosa, una pizza que encubre a una verdura... y además, una verdura que no resulta muy apetecible, por su olor, sobre todo.

Se ralla o pasa por la Thermomix (o con un rallador) una coliflor. Se mezcla con dos huevos grandes, sal, pimienta, orégano, 100 gr. de mozarella rallada y 100 gr. de parmesano.
Se integra todo muy bien en un bol grande y se coloca ,aplastando con una cuchara grande (o con las manos), en una bandeja de horno. (ojo, poner debajo papel de hornear)
Meter a 170 ºC unos 25 minutos.
Se saca y se le pone por encima otros 100 g. de mozarella. 
Hornear de nuevo 10 minutos a 170 ºC.
¡¡Parece pizza, os lo juro!!
Adecuada para los malos comedores de verdura en particular y para los amantes de la pizza en general...mmmmm












miércoles, 12 de febrero de 2020

TALLER CONOCER MADRID 2 - IMPRENTA SOCIEDAD CERVANTINA - 12 FEBRERO 2020

 

12 DE FEBRERO - IMPRENTA SOCIEDAD CERVANTINA

Antes de llegar al lugar acordado, me doy una pequeña vuelta por la zona, y en vez de ir por la calle Atocha, que sería lo más lógico, decido callejear un poquito y me voy por la de Santa Isabel.
Así recuerdo mis tiempos mozos, cuando iba al mercado con mi madre a hacer la compra semanal.

Paso por delante del precioso cine Doré y no me puedo resistir a hacer la foto. Este sitio es fascinante.
Y recuerdo que en otro tiempo iba a las sesiones, a ver cine antiguo o independiente. Tengo que plantearme recuperar esto también.


En mi avance por las callecitas llego a la de San Eugenio, y cual será mi sorpresa al descubrir una placa... muy en relación con lo que vamos a visitar hoy:


Una placa conmemorativa que dice que en este edificio se hallaba originariamente el solar donde se imprimió el Quijote.... qué increíble coincidencia...
Luego os cuento lo que me contó el guía de la sociedad cervantina sobre esto:


En la puerta de la Sociedad Cervantina, que ahora mismo está en obras y rodeada de una feísima valla verde, tenemos una preciosa placa, cuya foto que adjunto saco de internet, puesto que con las obras que os digo, es imposible sacar una decente.


A la entrada de la imprenta, antes de bajar al sótano donde está lo interesante, vemos una sala,  una especie de cafetería, donde hay ilustraciones y dibujos por las paredes representando a Cervantes y al Quijote.




Por fin bajamos al sótano y empieza la visita propiamente dicha.
Estamos hablando de un periodo de hace más de 400 años, a finales de 1.604, aquí se imprimió el primer Quijote el 16 enero.
Ya era un libro especial en aquel momento, ya que 1.605 en ese primer año, lo habitual es una tirada de 800-1.000 ejemplares y el Quijote sacó 1.800.
La segunda edición también se imprimió aquí y no fue escasa: 1.500 ejemplares.


Se imprimió también en dos imprentas de Lisboa y en otras dos de Valencia.
Fue un éxito sin precedentes.
En 8-10 años se imprime también en Bruselas y Milán... (Sin traducir del castellano).
Esto tiene su explicación, ya que ambas ciudades formaban parte entonces del reino español (así como Lisboa)
Ya en 1.612 se imprimió en Londres, traducido al inglés y en 1.614 en París en francés.
Aún así esto es muy rápido para la época. Ni mucho menos es lo normal. En poco tiempo se extiende por Europa... se hizo viral, vamos.
Además, hay que puntualizar que la impresión se hizo de la manera habitual, es decir, previamente debe pasar por la censura y ser aprobado por el Consejo de Castilla, que es el órgano regulador de todas estas cuestiones.
La cosa es, que si encontraban algo contra el rey, la iglesia o que no cuadrase con la moralidad de la época, directamente lo hacen desaparecer sin cortarse un pelo.
Además, deben firman página a página dando su aprobación, y si, por cualquier motivo, faltaba una página sin firmar, debía volver al consejo para su revisión. Esto retrasaba enormemente la impresión de los libros, claro.

Nuestro guía nos cuenta que se impriman libros prohibidos también, ya que por las noches... se podía seguir trabajando, claramente...

Los propios libreros son los costeadores de los libros, que se hacen cargo de los gastos derivados. En este caso, el del primer Quijote, fue Francisco de Robles, librero de la calle Mayor, el que corre con los gastos.

Pasamos ahora a las explicaciones de los objetos que tienen expuestos, y lo primero que vemos es el proceso de impresión. Lo primero que encontramos es un mueble lleno de cajitas, lleno a su vez de fichas o piezas, que son los caracteres que van a componer el libro. Se llama chivalete y es el mueble de trabajo del cajista.


Él va poniendo los tipos en una tira o cajita alargada de madera, que se llama paleta divisorio y va componiendo palabras, frases, líneas, páginas... hasta la totalidad del texto a imprimir.
La imprenta propiamente dicha no es un invento de Guttenberg, hay que remontarse unos 700 años antes: Esto se "inventó" en China y Corea. Pero la forma de trabajar de ellos era más complicada y tenía varias problemáticas... Es el principio, la xilografía, que se realizaba en madera y con una gubia grababan en distintos tacos, en relieve, todo el texto.



Lo entintaban página a página y cuñan con presión... ¡¡cada hoja tiene su propio taco de impresión...!! Así, solo vale para ese libro. Luego todas esas xilografías no servían para ninguna otra impresión diferente.
Guttemberg mejora sustancialmente este tipo de impresion... Da un paso más.
No está cada página en un taco de madera distinto, sino que desarrolla algo llamado imprenta de tipos móviles...Esto hace el proceso mucho más rápido y rentable.
Con diferentes piezas fichas de metal, en las que cada una es un saliente (letra, punto, número...)Se colocan en el chivalete.




El copista se sabe de memoria la posición de cada caracter y puede ir bastante rápido. Lo transcribe con el componedor y cada 4 páginas forma un pliego.
No se guarda nada montado, puesto que supone demasiadas letras usándose a la vez y pueden necesitarse después.
El corrector ve la primera prueba y apunta cada fallo con un símbolo distinto indicando con ello el tipo de errata.
A pesar de todo los libros salen con erratas, por las prisas en la impresión.
Así, no todos los ejemplares tienen las mismas. Se pueden ver las diferencias al estudiarlos a fondo y comparar unas ediciones con otras (qué interesante, jolines)



En el proceso intervienen dos trabajadores más: los prensistas y los batidores.
Una imprenta como la que tenemos aquí puede llegar a imprimir unos 1.000-1.500 pliegos por hora. Y el copista coloca unos 1.000 tipos a la hora.
Aunque parezca una locura, esto es un ritmo infernal de trabajo.
En este lugar había 6 imprentas en total y unos 20 trabajadores.

El Quijote tiene 664 páginas, y lo forman 83 pliegos de papel. En teoría supone unos 4 meses de trabajo. De esta primera impresión se puede calcular su tiempo de impresión guiándonos por las fechas oficiales... por ejemplo, el 27 de septiembre de 1.604 fue aprobado, (Y eso que primero hay que demostrar ante notario que no te has saltado censura...)
El primer ejemplar llega al notario, lo coteja página a página con lo que revisó antes... una locura.
Esto sucede el 1 de diciembre de 1.604, con lo que se estima que tardan dos meses en completar el proceso.
Esta rapidez indica que no se corrigió correctamente (no se hizo concienzudamente) ya que lo normal es que un libro tenga entre 100-150 erratas...y esta primera edición tiene muchas más: 960...


En las posteriores impresiones se va corrigiendo y se trabaja más rápido sobre copia impresa. Y el cajista lo va leyendo y a base de repetir y repetir palabras algunas las puede corregir. (y eso que no tenía por qué saber de reglas ortográficas) 
Lo malo es que también comete errores nuevos. Así, cada edición es distinta de las otras.

Este libro se imprimió en papel, (no papiro ni pergamino que no es papel, son soportes distintos) llegado del Monasterio del Paular, que tenía sus propios batanes. Hacían papel de trapos de lino, a base de machacarlos y formar una pasta con ello. Tan sólo a partir de 1.850 se hace el papel con los árboles.
La tinta en cambio, si que se hace en las imprentas.
Es por ello por lo que hay otro oficio dentro de las imprentas, los batidores. Hacen sus mezclas con aceite de linaza, qué cuecen hasta espesar, y le añaden negro de humo... A base de Hollín. 
Nos cuenta nuestro guía qué se utilizaba este hollín cuando se hacían objetos de cristal soplado, y se ponía dentro del molde para que no se pegase el delicado cristal en él.

La tinta que usaban no era tinta china que es bastante líquida, esa no vale. Quedaría todo demasiado líquido y se extendería la tinta. Se emborronaría todo el pliego. La tinta que usan en las imprentas tiene la consistencia del betún.

Lo extienden primero en una plancha que se llama tintero. Y Luego con una especie de tampones gigantes que se llaman balas para entintar impresionante todas la hoja formada con los tipos para poder plasmarlo en el papel.



No son tampones, no están concebidos para absorber la tinta, Son huecas y van rellenas de lana. Además están cubiertas de piel por fuera, y como son impermeables la tinta no entra dentro.
Para evitar que se manche el resto del pliego y hacer que todo quede en blanco alrededor de las hojas impresas se protege el papel con un papel que tiene recortadas unas ventanitas. Se llama frasqueta.




El prensista pliega el tímpano y hace rodar todo el conjunto, tira de barra y da un par de vueltas a la palanca...cuando sale el pliego, se pone a secar.

Luego se repite el proceso por el otro lado uffff con su propia frasqueta....Ains



Los pliegos se llevan a Francisco de robles y él los vende.
Después se encuaderna si se quiere (y se puede... Ya que esta parte es tan costosa o más que la impresión)
Se corta siempre después de coser el cuadernillo, porque sino, podría no quedar bien alineado.




Finalmente, se colocan las tapas y se forra, con cartón, piel...Dependiendo de las posibilidades económicas de cada uno.
El precio de los pliegos lo decidía el estado (el consejo real)
Lo normal era que costase entre 3 - 3'50 maravedíes por pliego (ojo, que el Quijote lo forman 83 pliegos...) Teniendo en cuenta que 50 maravedíes es el sueldo de un jornal normal, de un día...
¡¡Resulta ultra caroooo!!


Los compraban por piezas, literalmente …"por fascículos"
La mayoría de la gente no sabía leer, y esto es lo que frena en la venta de los libros, más que el dinero que costaban.
Se podía vender más barato, dado el caso. (Si estimaban que iban a tener que quedarse con los ejemplares, por ejemplo).
Los podrían poner más baratos del precio oficial pero en ningún caso más caros.
Había libreros que también encuadernaban, tenían un encuadernador contratado y así podían ganar aún más dinero.
A la gente le gustaba tener libros en sus casas para así demostrar que tenían dinero.
Cuanta más cantidad y mejor encuadernados estaban, más sensación de poder y riqueza daban.




Aquí os dejo una imagen con las diferentes partes de la imprenta, réplica de la que imprimió el Quijote en este increíble lugar.




Este proceso de impresión no cambia en 400 años hasta 1.850 con la Revolución industrial... Y luego con la Segunda revolución del gas y el petróleo... La tercera con internet y las nuevas tecnologías...
Para hacernos una idea hasta los años ochenta se siguieron utilizando las imprentas de tipos móviles, con los tipos de metal que hemos visto aquí, sin apenas variaciones.
Por ejemplo, el último ejemplar del New York Times impreso de este modo es de 1.974.

Y también nos habla un poco de los Incunables... Libros impresos hasta el año 1.500.
Aunque deja bien claro que con el Quijote la imprenta está completamente instaurada en Europa.

¿Recordáis que os dije al principio que había visto una placa conmemorativa en la cercana calle de San Eugenio?
Pues bien, se lo comento al guía tan chulita, como si hubiera descubierto el mundo... y … me cuenta que se trata de un error garrafal de catastro, que se creía que estaba allí, pero en realidad la imprenta y su actividad siempre estuvieron aquí, en el lugar donde está la Sociedad Cervantina.
El tema es, que como la placa es de un fecha antigua, está protegida y no se puede retirar, pero lo cierto es que es falsa de toda falsedad...jajaja

Me ha encantado esta visita casi teatralizada. cuando el guía se ha puesto el delantal y los guantes y nos ha demostrado cómo se hacía una impresión en tiempo real casi me muero.

EDITO:
Cuatro años más tarde, en mayo del 2024, regresamos a la imprenta con Conocer Madrid y el grupo de Javi.
Nos cuenta, una chica llamada Meritxel, prácticamente las mismas cosas, en cuanto a datos sobre las ediciones, fechas y demás cuestiones relacionadas con la impresión del Quijote.

Pero nos aporta otro elemento bastante interesante también: las historias de los impresores que aquí trabajaron.
Nos habla de que la imprenta en un primer momento, en el siglo XVI pertenecía a Pedro Madrigal y su mujer, María Rodríguez Rivalde.
Cuando muere Pedro, María vuelve a casarse con otro impresor, que también fallece a los pocos años. Su hijo, Pedro Madrigal también, se casa con la sobrina, María de Quiñones.
Después de unas cuantas muertes más (que por cierto, morían por los productos usados en el proceso de impresión de los libros, y en el plomo de las piezas) las dos mujeres, que no podían llevar la imprenta sin la presencia de un varón (para realizar muchas gestiones era necesario que fuera un hombre el que tenía que firmar y estar) deciden contratar como regente al impresor Juan de la Cuesta.

Aunque la historia nos revelará siglos más tarde que este hombre se fue a las indias en busca de fortuna y las dejó solas, lo cierto es que a través de un poder que firmó, ellas pudieron seguir con el negocio bastantes décadas más, sin que este Juan estuviese presente.
De este modo, se continuaban imprimiendo las obras en su nombre, aunque en realidad, ambas mujeres desconocían su paradero.

Así, con estas circunstancias tan curiosas, se imprimió la primera edición de El Quijote de Cervantes, en el año 1605.
Como Don Miguel no era un autor conocido, su libro se imprime en este pequeño cuarto (sabemos que realmente es este y no otro gracias a la descripción que hace  el propio Cervantes por escrito del mismo)
A él no le gustaba nada y hubiese preferido que se imprimiera en la planta de arriba, donde había mucha más luz y otra imprenta más, con lo que se hubiese agilizado muchísimo todo.

Siguiendo con la historia, la imprenta se convirtió en el XVII en el Hospitalillo del Carmen o de los desamparados, y gracias a esta circunstancia, el lugar no fue destruido en las guerras posteriores.

En 1953 un grupo de intelectuales fundan la Sociedad Cervantina aquí en la imprenta del Quijote. (liderados por Luis Astrana Marín)
En 1981 el edificio es declarado monumento nacional de carácter histórico-artístico, y en 1985 se comienzan las obras de restauración, conservando la fachada original (proyecto de Joaquín Arancil)
En 1987 los reyes inauguran el edificio.
En 2008 se restaura la imprenta que es una réplica exacta de aquella máquina con la se imprimieron los libros más importantes de nuestro Siglo de Oro (y no tan solo el Quijote)
En 2015 el Ministerio de Fomento aprueba y financia el proyecto de construcción de una sala de teatro en esta sede de la Sociedad Cervantina.
En la actualidad se representan obras clásicas (y otras no tanto)
Apuntado queda para intentar ir en alguna ocasión.

lunes, 10 de febrero de 2020

TALLER CONOCER MADRID 2 - BRUEGHEL EN EL PALACIO DE GAVIRIA - 18 DICIEMBRE 2019


18 DICIEMBRE - BRUEGHEL EN EL PALACIO DE GAVIRIA
En esta ocasión, poco que decir.
La visita es un poco sosa, en parte por la guía, que resulta bastante sosa y cuenta muy pocas cosas, así que me limito a poner fotografías de los maravillosos cuadros y poco más.
Así, pongo el texto del propio Palacio de Gaviria:

"El Palacio de Gaviria acogerá en este otoño artístico una gran exposición de la familia Brueghel. Una oportunidad única para conocer la obra de esta saga holandesa que marcó la historia del arte europeo entre los siglos XVI y XVII. La muestra, comisariada por Sergio Gaddi, estará compuesta por cerca de un centenar de piezas representativas de este linaje de pintores.
Durante el recorrido se podrá admirar una amplia selección de obras de los siete miembros más destacados de la familia: Pieter Brueghel el Viejo, Pieter Brueghel el Joven, Jan Brueghel el Viejo, Jan Brueghel el Joven, Jan Peter Brueghel, Abraham Brueghel y Ambrosius Brueghel. Además, la exposición se completa con una visión del universo pictórico de la época gracias a piezas representativas de una veintena de artistas como Rubens, El Bosco o David Teniers el Joven.
La ruta comenzará con el primer artista de este árbol genealógico, Pieter Brueghel el Viejo (1525-1569). Sus obras son un reflejo de la sociedad de la época, pero también una reflexión sobre la cotidianidad y los más profundos vicios humanos. Se seguirá con su hijo, Pieter Brueghel el Joven (1564-1637), quien aseguró la difusión de la obra de su padre realizando auténticas copias de sus cuadros. El siguiente será Jan Brueghel el Viejo (1568-1625), el segundo hijo de Pieter Brueghel el Viejo. Éste homenajea a su padre en el estilo y temática pero con una mayor libertad en sus interpretaciones.

Después llegaría el relevo generacional con la llegada de Jan Brueghel el Joven (1601-1678), hijo de Jan el Viejo, y que alcanzaría un gran éxito al vender cuadros heredaros de su padre y realizar algunas obras de estilo propio. De sus once hijos, cinco siguieron el amor por el arte y la pintura. En la exposición, podremos observar los trabajos de Jan Peter Brueghel (1628-1664), que se dedicó al género floral, y Abraham Brueghel (1631-1697), pintor de paisajes y bodegones de flores y frutas. Y, por último, una muestra de la gran y desconocida obra de Ambrosius Brueghel (1617-1675).
Organizada por Arthemisia España, Brueghel llega a nuestro país tras su paso por ciudades como Roma, París o Tel Aviv, además de por varias sedes en Japón, donde ha contado con una gran acogida por parte del público. Es la sexta gran exposición en la planta noble del Palacio de Gaviria, una sede versátil, consolidada ya como un punto de referencia en el panorama artístico madrileño".













































Como anécdota, las mujeres participaban en los talleres de pintura puesto que era un negocio familiar ella es pintada en el fondo o las cosas de menos importancia y luego el maestro terminaba los retratos y en las partes más delicadas de los cuadros.
Los cuadros de pequeño formato se vendían mejor porque incluso las gentes con menos posibilidades económicas podían adquirirlos.
Los cuadros de flores son también casi religiosos puesto que Felipe II y la Contrarreforma estaban en este momento y las flores a veces tenían simbología unida al catolicismo y al protestantismo.
En fin, una cutre-entrada, aunque reconozco que la exposición fue preciosa, no se si compensaba el extra pagado por la guía, que como dije antes, era más bien justita...