miércoles, 21 de abril de 2021

MADRID NEGRO: CRIMEN, BOHEMIA Y HAMPA - 11 ABRIL 2021

Me he apuntado a una excursión con el Ayuntamiento. Una de esas visitas culturales que tanto nos gustan.
Solo he podido hacer una reserva, así que... ¡allá que voy!

En esta ocasión, nos vamos a centrar en el Madrid más oscuro, en las gentes de las clases más desfavorecidas, en los chorizos y pícaros que estaban por la capital a finales del XIX y principios del XX.
Partimos de la Plaza de Callao, que ahora es un lugar emblemático y moderno de Madrid, pero que en los tiempos de los que estamos hablando tenía cerca barrios terribles.

imagen propia

Antes de la construcción de la gran avenida, de la Gran Vía, había multitud de casitas bajas y llenas de infraviviendas, donde habitaban muchas personas hacinadas. (casas de dormir)

Las calles estaban llenas de maleantes, de pequeñas timbas o chirlatas, de gentes de todo tipo que intentaban ganarse la vida de una forma u otra (a veces no demasiado legal)

Muy cerca de esta Gran Vía, cerca de los Mostenses estaba la desaparecida calle del Rosal. Cuando se construye el último tramo de la calle (el comprendido entre Callao y Plaza de España) la calle desaparece.
Lo curioso de esta calle es que existía un edificio que se llamaba "La Casa del Pecado Mortal" 
En esta casa vivían las mujeres que habían caído en la desgracia. Cuando una mujer pobre se quedaba embarazada, además de perder a su hijo, que se daba a la inclusa, quedaba relegada y pasaba a malvivir en una de estas casas. 
Era una de las llamadas "casas de tolerancia" que no eran más que unos prostíbulos legales.

Si le pasaba esto a una mujer de clase alta, el niño podría correr la misma suerte, es decir, acabar en el orfanato, pero ella se podía librar de un futuro negro, arropada por la familia.

Casa del Pecado Mortal - imagen de Ediciones La Librería

Para colmo de la curiosidad, cada noche, y hasta el año 1926, salía una procesión que iba por las calles con una campanilla, recordando a todos que estábamos en pecado mortal...


Imagen de Cosas de los Madriles - Ilustración del libro Antiguallas (R. Sepúlveda, 1898)

Aquí también hay un recuerdo que mostrar. El maravilloso hotel Florida, de Antonio Palacios.
No puedo entender cómo se consiguió sustituir este precioso edificio por el horror actual que lo único bonito que tiene, son las estupendas vistas desde la terraza del último piso.

imagen propia


En este hotel estuvieron alojados muchísimos periodistas durante nuestra guerra civil. 
El famoso escritor John dos Passos escribió un artículo "Habitación con baño en el hotel Florida". Es una maravilla del que os dejo una reseña:


imagen de wikipedia

imagen de El País


Siguiendo con el tema de la prostitución, nos cuenta el guía que en 1918 había unas 1.700 casas reguladas (!) (muy fuerte si nos imaginamos todo el conjunto, las reguladas y las que no)

Muchas mujeres que tienen sueldos ínfimos se ven obligadas a completar sus ingresos ejerciendo como meretrices. Era el día a día y esto se refleja también en cuadros y obras de teatro.
Por ejemplo, sabemos de una obra "Santa Isabel de Ceres" de Alfonso Vidal y Planas, que narra las vicisitudes de una prostituta. Es en cierto modo autobiográfico, puesto que sacó a su propia mujer de las garras de la mancebía.
La obra no es una maravilla desde el punto de vista literario, pero la historia tuvo tal éxito que estuvo mas de 100 semanas en cartel (todo un logro para una obra de teatro de estas características)

imagen de pensión de Ulises

Subimos por la calle de Mesonero Romanos y en la esquina con calle Abada, paramos para recordar otro aspecto de la ciudad.
Nos habla de las librerías de viejo, que no es otra cosa que las tiendas de libros de segunda mano. De las tiendas de la calle Libreros, que cualquier estudiante conoce. Esto no era nada nuevo.

El editor Gregorio Pueyo tenía una librería en esta zona, y se vendían también todo tipo de publicaciones de segunda mano, y sirvió de punto de reunión para alguna que otra tertulia literaria.

Este señor es tan conocido que Valle Inclán le toma de modelo y aparece en "Luces de Bohemia" como el personaje de Zaratustra

             
             En la actualidad  (imagen propia)     y  fachada de librería Pueyo - Javier Barreiro Word press
(el sitio exacto donde estaba es la terrible tienda de souvenirs que vemos)

Los escritores de este momento se reúnen en tugurios (tupis) y se inspiran para sus relatos en sitios tan curiosos como los cementerios y otros sitios sórdidos.

Nos habla ahora de un personaje muy curioso. Una bailarina bisexual que a principios del siglo XX  hacía un maravilloso baile fusión: Tórtola (Carmen) Valencia.

Ella tiene una vida muy interesante. Llegó a coleccionar arte precolombino cuando nadie consideraba estas piezas importantes. De hecho, hizo una colección tan grande que hay un museo en Barcelona.


 
imagen de Jot Down                                     imagen de wikipedia

Tórtola Valencia era un personaje tan sugerente e inspirador que apareció en multitud de carteles y anuncios de principios de siglo.

 

Julio Romero de Torres para cosméticos Maja - wikipedia 

Llegamos a la Plaza del Carmen, que era otro de los enclaves de la noche. Lugar un poco siniestro y con unos habituales nocturnos peligrosos (hasta hace bien poco esto seguía siendo así)

En esta plaza estaban los Cines Madrid, que antes fue el teatro de variedades el Kursaal.

imagen de wikipedia

En este emblemático lugar se celebraban todo tipo de espectáculos, desde teatro de variedades o  pasando por combates de boxeo.
En una ocasión hubo unas bailarinas sicalípticas... 
Si, como suena. Es una palabra medio inventada, y es que, parece ser que este término se creó a partir de un error tipográfico del medio que anunciaba el espectáculo. En realidad querían decir "apocalípticas"... pero gustó tanto el sugerente nombre, que así se quedó para la posteridad.

imagen de tebeosfera

La mítica Mata Hari actuó en el 1906, o sea que el teatro tenía una gran relevancia en la noche madrileña.

imagen del Confidencial


Nos cuenta también en esta plaza la historia de una bailarina malagueña llamada Anita Delgado (Ana María Delgado Briones), que se movía por estos círculos y que con 16 añitos, en el 1906 conquistó al Maharajá de Kapurthala, durante uno de sus bailes.

Ella no quería tener nada que ver con este buen señor, pero el círculo de amigos que ella tenía (entre los que se encontraba Valle Inclán) contesta a las cartas y acaban consiguiendo que ambos se casen.
Se casan en  1908 y ella se marcha a vivir con él a la India.
Lleva una vida intensa, y pasa de ser una simple bailarina a todo un personaje, codeándose con gentes de todo tipo, y aprendiendo idiomas, siendo internacional.

            Anita Delgado imagen de wikipedia         El Maharaní de Kapurtala - imagen la Vanguardia


imagen de mujeres en la historia

imagen de Etheria Magazine

Llegados a este punto, atravesamos el pasaje Murga para llegar a la calle Montera.
Cielos. Toda mi vida viviendo en Madrid, y siendo ésta mi zona de influencia, no conocía este maravilloso lugar.


imagen propia

 
imágenes propias

En este tranquilo pasaje comercial, ahora restaurado y en los 80 lleno de delincuencia, nuestro guía nos habla de otros cafés y salones desaparecidos que había por la zona, como el café Blue de Montera, el salón Japonés o el Rouge.
Aquí se hicieron famosas cantantes como Consuelo Portela, "la Chelito".
Se hizo famosa por un número muy popular, el baile de la pulga, donde simulaba con picardía que se le había metido un bicho por el vestido y acababa por caerse el chal. La insinuante letra decía así:

Hay una pulga maligna
que ya me esta molestando
por que me pica y se esconde
y no la puedo echar mano.

Salta que salta va por mi traje
haciendo burla de mi pudor
su impertinencia me da coraje
y como logre cogerla viva
para esta infame que estoy buscando
para esta infame
no hay salvación
no hay salvación
no hay salvación
no. (...)

La chelito - imagen de wikipedia

imagen de todo Cuba

Nos lee algunas otras canciones picantes, como otra que hacía referencia a lo corta o larga que era (una falda) y a otra sobre una regadera, que no dejaba mucho espacio para la imaginación...

Tengo un jardín en mi casa
Que es la mar de rebonito
No tengo quien me lo riegue
Y lo tengo muy sequito
Como no soy jardinera
Ni me gusta trabajar
Por la noche, aunque no quiera
Me lo tengo que regar(...)

Sigue hablando del tema y nos cuenta cosas de la Fornarina (Consuelo Vello Cano), un personaje que me suscita mucha curiosidad, especialmente desde mi visita con Isabel al cementerio de San Isidro, donde vimos su tumba.
Ella era hija de una lavandera, que tenía que ayudar a su madre desde bien pequeña, además, investigando un poco, he leído que con quince años era "cantonera" en la plaza mayor... una forma sutil de denominar a las prostitutas. Trabaja como costurera y se hace modelo de pintores. Sube un poco de rango y se transforma en lo que se llamaba "Rosa de Té", una meretriz de lujo.
Al fin, hacia 1900 llega al teatro de variedades y empieza a ser famosa en un número de la obra Pachá bum bum.

De un artículo de Javier Barrios - word express:

La actuación de Consuelo se limitaba a salir sobre una bandeja llevada por unos sirvientes, en la que era ofrecida como regalo a dicho personaje. La escena fue una bomba y muchas veces se ha repetido que la joven salía desnuda. No fue así. No hubo desnudos en España hasta la II República, a no ser en fiestas privadas o espectáculos clandestinos. Los cronistas –viendo lo que no ven, en un mundo en el que la represión sexual es fiera- hablan a menudo de desnudez cuando se trata de mallas o vestidos con transparencias. En este caso, la artista, a la que faltaba un mes para cumplir los diecinueve años, salió con unas mallas blancas muy ceñidas.
Y en 1903, otra picara canción, el tango del conejito:

 Tengo un conejito precioso y si tú lo quieres ver,
vente al corral de mi casa
y allí te lo enseñaré.
Tiene el pelito de seda
y produce sensación,
si se la pasa la mano
por el lomo al picarón.
Es muy alegrito/muy chiquirritito,
y el tuno, jugando,
menea el rabito;
nunca se está quieto
el muy picarón.
¡Ay,… y qué cosas hace!
 ¡Bendito sea Dios!”.

Se hace muy famosa y baila por toda Europa, parece ser que tenía muchísima gracia en el escenario.
Con su temprana muerte a los 31 años, en parte debido a múltiples abortos y problemas ginecológicos,  se convierte en todo un mito. 
Deja toda su fortuna a sus hermanos, aunque ella siempre había sido generosa con los más desfavorecidos, imagino que nunca olvidó sus humildes orígenes.

Dejo nota de este interesantísimo enlace, por si, como a mí, os pica la curiosidad:


imagen de Javier Barreiro - Word press

La Fornarina en 1908 - ABC

Nos habla también del desaparecido Café de la Marina en calle Jardines 21, donde se concentraba el cante flamenco principalmente. En realidad era un poco tugurio y las crónicas de la época hablan de las gentes del bronce, es decir los de la tez oscura, y los califican casi de maleantes.
Este sitio aparece incluso en "La Busca" de Pío Baroja, así que era un lugar conocido y popular.

No todo iba a ser tenebroso aquí. En este café tocó por primera vez Emilio Montoya sólo con su  guitarra por primera vez y sentó las bases de este tipo de cante flamenco. 
También se dio a conocer la famosa Pastora Imperio y también aquí empezó su carrera la Niña de los Peines (María Pavón Cruz), que luego se transformó en una gran empresaria.
Era muy famosa y fue retratada por Julio Romero de Torres.

imágenes de wikipedia, en la derecha el retrato de Julio Romero de Torres

A estos "cafés" iban intelectuales como Benito Pérez Galdós, en parte porque les gustaban y supongo que también buscando inspiración.

En la plaza del Carmen estaba el Teatro Muñoz Seca, que fue adquirido en 1919 por Consuelo Portelo, alias la "Chelito", que en esos momentos era una bailarina sicalíptica y pasó a ser empresaria. En esta época se empieza a ver cada vez más la figura de "la claqué", que no era más que un público pagado, que podía encumbrar o hundir una representación para siempre.

Otros cafés como el Fornos, luego llamado Gran Café, también desaparecido, eran más frecuentados por gente mejor colocada, como intelectuales y bohemios. Estaba en la Calle Alcalá con Virgen de los Peligros, y fue famoso por las tertulias. Una de las más famosas era la de "la Farmacia".
Lo frecuentaban personajes como Unamuno o Baroja, incluso estuvieron allí Mata Hari, y el propio Alfonso XIII.
Enfrente, en el Café Suizo, donde también se celebraban tertulias. 

Sale un curioso tema, el del duelo entre mujeres.
En el siglo XIX eran frecuentes los duelos entre caballeros, pero eran si dos mujeres se batían en duelo, tenía la cosa otras connotaciones: invariablemente se retaban en top less. Por supuesto no era un duelo en si mismo, era más bien un espectáculo para hombres a cargo de dos prostitutas.

Las mujeres sieeempre al servicio (OMG)


imagen de vagabunda mx


El Café Universal o de los Espejos, al inicio de la calle Alcalá, (nº 15) estuvo hasta mediados de los 70 del siglo XX y también fue un sitio muy conocido.

El Café del Pombo, en el nº 4 de la Calle Carretas, también era lugar de reunión. Aquí se reunían artistas de la categoría de Ramón Gómez de la Serna o Tristán Tzara. (poeta creador y fundador del movimiento dadaísta).
Estas reuniones quedan muy bien recogidas en el cuadro de José Gutiérrez Solana:

imagen de El Mundo


En el nº 3 de la calle Alcalá, el Café Colonial, con asiduos como Rubén Darío, Galdós, Trotsky, Borges... 
En fin, que estos cafés eran locales muy importantes para todo el desarrollo del mundo intelectual que tuvo lugar durante el XIX.

El café del Manco era otro de los habituales:

Situado en la esquina de la desaparecida calle de San Dámaso, el Café del Manco era un lugar sórdido y antihigiénico, de mesas desvencijadas, vasos desportillados y cucharillas de estaño. Golfos, pícaros y desheredados de la suerte solicitaban allí una consumición compuesta por uno de a cinco, tres bolas y medio ceneque (café de recuelo, buñuelos y medio pan) con el fin de pasar la noche cobijados del frío junto a las mesas del establecimiento.


imagen y texto de Entredosamores.es

A la derecha del Arco de cuchilleros, en la Plaza Mayor, donde hoy abre una tienda de souvenirs (en la fotografía), estaba el Café del Gallo, al que los parroquianos llamaban con chunga el "café del esposo de la gallina". Benito Pérez Galdós era asiduo mientras escribía su novela Fortunata y Jacinta. En el Café del Gallo se despachaban los billetes para la diligencia de los Carabancheles.

El Fornos y el San Millán eran curiosos y además admitían a mujeres.
El café Millán estaba en el 67 (hoy 61)  de la calle Toledo. Estuvo el viejo café más simpático de Madrid: 
El Nuevo café de San Millán.

imagen del blog antiguos cafes de Madrid


Fue legendaria la batalla entre Maruja Mallo y Rafael Alberti:
Texto del mismo blog. "Antiguos cafés de Madrid":

Mucha y variopinta fue la parroquia de este café. Por él pasaron desde arrieros, tratantes de ganado, fresqueros (vendedores de pescado fresco) y trabajadores del vecino mercado de La Cebada hasta Pío Baroja y Nessi; cigarreras, verduleras, peinadoras, vecinas del barrio y casi toda la Generación del 27 con Maruja Mallo González (quien ganó en el año 1926 a Rafael Alberti en un concurso de blasfemias, celebrado en el café). Era este un lugar de tertulias y uno de los pocos espacios en que las mujeres podían reunirse abiertamente.

Por último nos habla del Café de Naranjeros. Ubicado donde hoy está el teatro de la Latina.
Estaba aquí también el antiguo Mercado de la Cebada, que era del estilo del de San Miguel.
Durante el gobierno de Franco se derribó y posteriormente se construirá ese otro actual y moderno, que, a mi juicio, tiene mucho menos interés.


Fuente: bdh-rd.bne.es (1915).
La plaza de la Cebada, con el viejo mercado de hierro. A la derecha, señalado con una pequeña flecha, el lugar donde se ubicaba el Café de los Naranjeros.

Era frecuente ver a los soguillas o mozos de cuerda - cordel, que eran como unos recaderos, que se apostaban en mercados y plazas y hacían todo tipo de "mandados".
A mi todo esto me parece de lo más interesante, la verdad.

mozos de cuerda - imagen de fotomadrid


Por estas calles, como las de Toledo y aledaños, había todas las semanas suicidios y asesinatos, relacionados con los soldados procedente de las guerras de Cuba y Filipinas.
Son los grandes olvidados, no tienen ingresos ni pensión o modo de subsistencia. Se convierte también en otro sustrato de hampones y gentes del malvivir...

Andando, andando hemos llegado a la Puerta del Sol, lugar convulso durante este siglo XIX.
Nos habla de los tristes sucesos de la noche de San Daniel, (10 abril 1865) cuando se reprimió a los estudiantes de la Universidad Central, que realizaban una protesta pacífica apoyando a Emilio Castelar, y fueron contenidos por la autoridad con demasiado celo. Hubo catorce muertos y casi cien heridos.

Y el asesinato de José Canalejas en el 12 de noviembre de 1912, al inicio de la calle Carretas, donde hay ahora una moderna zapatería.
Era el Presidente del Gobierno, y supuso toda una tragedia en aquel momento. 


imagen propia

En este momento la criminalidad es muy grande en Madrid. 
Está lleno de gente que se busca la vida como puede. Tantos y de tantos tipos, que el Inspector Lasarte recoge un fichero de criminales. Es conocido como "los ficheros de Lasarte".
Hay un libro sobre todo esto que se llama "Fuera de la Ley. Hampa, anarquistas, bandoleros y apaches. Los bajos fondos en España (1900-1923) " de la Editorial Felguera.

Se les llamaba "chusma encanallada" o "gente de mal vivir". 
Así, tenemos los tomadores (tomaban al descuido lo que podían de los bolsillos de los incautos), los tomadores de leche, (mujeres que amamantaban -o lo simulaban- y despistaban a los que robaban mostrando un poco de pecho), las ratas de hotel, (se inscribían falsamente en los hoteles y robaban lo que podían en las habitaciones) el taruguista, el enterrador, el dronista (asaltador de caminos), el topista...

Y se podían contratar por esta zona a los llamados apaches tatuados (unos matones a sueldo que se encargaban de hacer trabajitos sin preguntar) sin ningún tipo de problema, mientras tuvieras el dinero para pagarles...
En fin, la picaresca española de siempre, actualizada al XIX o principios del XX.

Nos vamos ahora por las preciosas calle de Arenal y Mayor, donde resulta difícil pensar en todo este mundo sórdido, al ver estos preciosos edificios.

imagen propia

Estamos ahora delante de la discoteca Joy Eslava, que durante la época que nos ocupa era un teatro.
Fue escenario de un suceso trágico entre dos dramaturgos, el ya nombrado Alfonso Vidal y Planas y Luis Antón del Olmet. 
Por el amor de una dama tuvieron un encontronazo, donde el segundo murió y el primero terminó tres años en la cárcel. Se dice hoy el día que el fantasma de Olmet sigue vagando por el teatro buscando a su dama.
Este Alfonso Vidal y Planas no es muy conocido en nuestro país, pero parece ser que terminó sus días en Tijuana, México, y allí una de las principales avenidas lleva su nombre.

Muy cerca, la chocolatería y buñolería de San Ginés, que ofrece café y churros en sus momentos más blancos del día y cigarrillos egipcios (hachís), morfina y absenta (la dama verde) en la negrura de la noche.
Por supuesto, es bien conocido este tema de la absenta, recogida por muchos artistas famosos.

 
Cuadros de Toulouse Lautrec y de Degas

cuadro de Picasso

En contraste con los buenos y lujosos barrios del nuevo Madrid, había zonas en las que la mortalidad y la pobreza eran una constante.
Así en la colina que estaba a los pies del Real Observatorio, en el llamado Cerrillo de San Blas, había muchas cuevecitas excavadas donde malvivían cientos de familias. Los llamaban "los trogloditas" (con bastante mala leche, creo yo) y salían cada mañana a buscar en las montañas de basura y desperdicios algo aprovechable. 
Estos madrileños desfavorecidos aparecen en la novela de "La busca" de Pío Baroja.

imagen de Madrid Histórico
cerrillo de San Blas en 1900 - 

Texto de la web http://www.agenteprovocador.es/

En medio de la ciudad que es hoy Madrid, los Trogloditas vivían en cuevas en condiciones espantosas, como las del cerrillo de San Blas donde los golfos retratados por Baroja, la mayoría de ellos niños abandonados, intentan guarecerse. Las cuevas se organizaban como un territorio sobre el que ejercían dominio los delincuentes más temidos. La antigua Montaña de Príncipe Pío era aún más sorprendente. En su novela La busca, sus protagonistas persiguen un lugar en que guarecerse y, de pronto, divisan un agujero, un abismo excavado en la tierra. Allí, nos cuenta Baroja, se reunían golfos, mendigos y truhanes. «A oscuras anduvieron el Bizco y Manuel de un lado a otro, explorando los huecos de la Montaña, hasta que la línea de luz que brotaba de una rendija de la tierra les indicó la cueva». El criminólogo Bernaldo de Quirós, en La mala vida, dedica un capítulo entero a las localizaciones del trogloditismo: «La más importante localización del trogloditismo madrileño se encuentra hoy en la Montaña del Príncipe Pío, en la vertiente que limita el solitario y árido Paseo del Rey hasta la cuesta de Areneros. Allí, el aluvión de la montaña ha sido atacado por gentes errantes y sin domicilio, jóvenes golfos, vagabundos, mendigos y prostitutas que rondan en torno a los cuarteles».


Llegamos ya a la Plaza Mayor.
Aunque siempre la asociamos a grandes eventos y bonanza económica, tiene su lado oscuro también. La prostitución también se instala en las inmediaciones, las cantoneras eran unas mujeres que se instalaban en las esquinas (cantos) para realizar su oficio.

imagen propia

Estas mujeres, en muchas ocasiones, se veían obligadas a completar su salario ejerciendo este terrible oficio, así, modistillas o lavanderas debían prostituirse si querían llegar a fin de mes.

Ahora, en el último tramo de nuestra excursión llega la parte más desagradable de todas. 
Nuestro guía nos habla del desgraciado papel de muchas mujeres, desprotegidas y débiles que sucumben a este terrible mundo del comercio sexual.
Nos habla de la controvertida exposición del Museo del Prado "Las Olvidadas" y del papel tan ingrato de la mujer en muchas ocasiones.

Se habla de algunas mujeres como débiles y enfermas, se las compara con las falenas, que son una especie de mariposa que se siente atraída por la luz. Enfermiza y manejada por los hombres.
Nos ilustra esto con la imagen de este cuadro de Carlos Verger, que se llama precisamente "Falenas".
La mujer, rodeada de sus posibles clientes, mira al espectador, fijamente, con una mezcla entre descaro y tristeza.

revista de arte Logo Press

Es un oficio tolerado, se ve como algo casi natural, y así nos muestra también este otro cuadro de Joaquín Sorolla, "Trata de blancas". Es horrible, puede parecer que son unas mujeres en un tren que vuelven a su casa o que van a trabajar. Pero representa a la Madame con las niñas, después del "trabajo".
Lo peor de todo, es que es un cuadro premiado.

wikipedia


Antonio Fillol, que es contemporáneo de Sorolla pinta en "la bestia humana" una obra brutal en la que muestra al cliente, esperando a que la pobre mujer se recomponga y le haga el servicio, mientras la mujer mayor le mete prisa.
Paradójicamente, este cuadro fue rechazado (imagino que por mostrar la cruda y dura realidad)

imagen de online licor


Otro de Fillol, "El sátiro" horrible de verdad, en el que nos muestra como un abuelo está a punto de vender la virginidad de su propia nieta, una niña muy muy pequeña.  ASQUEROSO.

imagen de El Faro de Vigo


Por último, y bastante repugnante también, otro artista premiado, Pedro Sáenz. 
Pinta muchachitas (más bien niñas) desnudas, como en poses de mujer mayor. Son las llamadas "Crisálidas" 
Lo pueden llamar como quieran, yo lo llamo pedofilia. REPUGNANTE de verdad.

imágenes de El Español


Bueno, volvamos a temas más simples y no tan horrendos
... a la Plaza Mayor.

Había lugares para pernoctar, como las casas de dormir de las que nos habló al principio. 
En estas casas de dormir se podía estar de 2:00 a 6:00 de la madrugada, y estaban continuamente ocupadas las camas... como una especie de "camas calientes" de ahora.
Eran muy conocidas unas que había por la calle Toledo.

Hay otro tipo de sitios muy curiosos (y cutres) que se llaman "cafetines dormitorios". En estos te ofrecían un café de recuelo y media tostada y además, poder dormir brevemente... unos contra otros, eso sí.
El más famoso estaba en la calle Calatrava 35.

Recomiendo esta lectura, si os interesa el tema:

imagen de Agente Provocador

Y aquí acaba nuestra visita, un tanto abruptamente, pues han pasado sin darnos cuenta más de dos horas y para colmo... está empezando a llover.

La próxima, la tenemos (esta vez si voy con Isabel) el 2 de mayo, por la tarde: "Las trabajadoras madrileñas del XVII al XIX"
Esperemos que sea, al menos tan interesante como esta que he tenido hoy.


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