Llevaba ya un tiempo "deseandito" hacerlas (así lo dirían en mi Pueblo)
Ya había buscado la receta, la había estudiado un par de veces, y la había comparado con otras.
Y ha llegado el día...
Esta mañana me levanté un poco plof, y tuve, de nuevo, problemas con mi tensión, así que por la tarde me he dicho...¿por qué no? si cocinar es para mi, la mejor terapia que existe.
Me he puesto manos a la obra y los ingredientes son los siguientes:
50 gr de aceite de oliva
La piel de medio limón
1 cucharada de anís en grano
180 gr de harina
10 gr de levadura de panadero (mas o menos la mitad de un sobre de levadura seca de panadero)
80 gr de agua templada
20 gr de anís
1 cucharada de ajonjolí (sésamo)
15 gr de azúcar
Una pizca de sal.
Calentamos el aceite con la cáscara de limón, (lo he metido un minuto en el microondas)
Cuando lo saqué del micro le quite la cáscara del limón y le añadí el anís en grano y dejé que se enfriara el aceite.
Una vez frío el aceite añadimos todos los ingredientes y amasamos.
Cogemos porciones del tamaño de una nuez. Yo he puesto una hoja de papel de horno, encima la porción de masa y lo he estirado mucho,lo máximo que he podido... para que se queden bien finitas.
Una vez echas las tortas colocamos en la bandeja del horno, sobre el papel parafinado, las espolvoreamos bien con azúcar y las horneamos.
Tenemos el horno precalentado a 200º por ambos lados.
Cuando veamos que están doraditas. Las sacamos y las dejamos reposar. Cuanto mas reposan más ricas están.
Bueno, tengo que decir que estaban espectaculares...compararlas con las de Inés Rosales es mucho, pero bueno, estaban más que pasables.
Un último consejo: dejar que se hagan bien. Por una vez, y sin que sirva de precedente diré que las que están morenitas están más logradas que las blancas.
Ale, animaos a hacerlas, que son superfáciles de hacer y salen muy ricas (y caseritas, caseritas, todo natural)
