La verdad es que es una receta tan sencilla que me da la risa...
Presiento que este aparatejo ha venido para quedarse, al menos en mi cocina.
Si todo son ventajas, madre mía... No da calor, ni olor, gasta menos que un horno o una vitrocerámica, es cómodo, rápido... no sigo
INGREDIENTES:
250 g de harina de fuerza, 140 g de agua, 5 gramos de levadura fresca, 5 gramos de sal y 25 de aceite de oliva virgen extra.
Mezclamos todos los ingredientes hasta integrar la harina con el agua y lo amasamos durante un buen rato hasta que quedé con aspecto manejable. (Unos 10-15 minutos).
Se forma una bola y en un recipiente donde vayamos puesto un poquito de aceite en la base colocamos la masa. Lo cubrimos con un poco de film transparente y un paño de cocina.
Dejamos levar la masa hasta que doble su volumen, en aproximadamente una hora puede estar listo.
Cuando ya haya cambiado el aspecto y tenga la superficie un montón de burbujas y ella crecido hasta el doble de su tamaño lo sacamos con cuidado sobre la mesa ligeramente enharinada.
Le damos con mucho cuidado forma cuadrada y lo ponemos encima de un papel de horno adaptado para la freidora de aire.
Lo dejamos levar una segunda vez durante más o menos media hora hasta que vuelva a cambiar de aspecto.
Te calentamos la freidora durante 5 minutos a 200 grados.
Justamente antes de meter el pan en el cestillo, echamos un poquito de aceite de oliva virgen extra por encima y hundimos los dedos con cuidado formando unos agujeritos. (Pero sin llegar al fondo eh?)
Cocemos el pan a 200 grados durante 20 minutos, pero cuando queden justamente 5 minutos para que cumpla el tiempo le damos la vuelta con mucho cuidado para no quemarnos y le quitamos el papel que tiene por debajo.
Lo dejamos terminar de hacerse hasta que esté dorado por sus dos caras.
Y dejamos enfriar sobre una rejilla y...¡A disfrutar!



No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tus comentarios. Recuerda: el respeto a los demás es fundamental