Estaba claro que era el momento...
Llevo gran parte de la cuarentena viendo vídeos y muchos son de cocina, ya que me gusta bastante este mundillo y me relaja cocinar.
Primero me interesé por el pan y sus derivados... y ahora me ha dado por la cocina árabe.
Lo primero que hice fue una "harcha" o torta de sémola, que es muy fácil de hacer y está buenísima (bueno, nos encantó a Paula y a mí, a Manu no tanto y a Irene nada)
Es un "bizcocho" taaaan fácil, tan rápido y tan agradecido, que yo creo que lo haré en reuniones familiares y de amigos. De hecho, es tan fácil, que ya lo he probado un par de veces y sale muy bien.
Los ingredientes son sencillos y muy pocos:
- Sémola de trigo (mejor de la fina) 3 vasos
- azúcar - 1/4 de vaso
- 1 sobre de azúcar avainillado - una cucharada
- aceite de girasol - 1/2 vaso
- leche - un vaso y medio (ir mirando)
- una pizca de sal
Se mezclan bien los ingredientes secos y se añade el aceite. Removemos bien hasta que se integre y se añade la leche poco a poco hasta conseguir una pasta. Igual queda un poco líquida, si fuera así, dejar reposar y añadir un poco más de sémola.
Poner en una sartén antiadherente una base de mantequilla bien extendida y echar por encima un poco de sémola.
Poner y aplastar con las manos la pasta reservada y encender la sartén a fuego medio-bajo.
Cuando ya se despegue y por debajo esté dorada, que sucederá a los pocos minutos, darle la vuelta como si fuera una tortilla.
Luego hay que dorarla por el otro lado y sacar a un plato.
Luego hay que dorarla por el otro lado y sacar a un plato.
Ellos le ponen a veces mermelada y coco rallado o almendras laminadas por encima, pero a nosotras nos gusta más así, sin nada, con la capa tostada y ya.
Os dejo fotos del resultado y un par de vídeos de "recetas de Antonia al poder", una youtuber súper salada y curiosa que me encanta, donde se puede ver como se hacen (uno de ellos al horno):
https://youtu.be/oU75U8edJbU a la sarten
https://youtu.be/f-EQUu1aKFQ al horno
Y este es el resultado de mi harcha riquisima:
Al principio, sin cuajar todavía, en la sartén.
Se me rompió un poco al darle la vuelta... yo creo que la masa estaba demasiado líquida.
¿verdad que parece un bizcocho?
Pues de aspecto un bizcocho, pero de sabor... ay, qué rico, con ese toque de vainilla. Está riquísimo.
Para la segunda receta necesité estar más concienciada.
La torta de sémola es facilísima, los crepes no.
Los habíamos probado ya gracias a Lataifa (no se como se escribe), nuestra vecina marroquí de la Puebla, que algunas veces nos ha invitado a merendar y nos ha obsequiado con estos exquisitos "msemen o rgayef" y con un delicioso te a la menta.
Y además, cuando fuimos a Chaouen, los encontramos en una tiendecita y desayunamos casi todos los días con ellos y un café.
Y otros días los desayunamos en un restaurante... son pues, ma-ra-vi-llo-sos... y un buen reto.
Un reto que en este caso es mayor, porque mis devoradores ya los conocían y las comparaciones, como todos sabemos siempre son odiosas.
Hace algún tiempo que los intenté hacer y, salvo el sabor a churros, tan característico, el resultado fue un autentico "churro"... duros, gordos y nada hojaldrados...
Me tiro varios días investigando y finalmente sigo al pie de la letra este maravilloso vídeo de "Comida de Marruecos con Hakima", a la que sigo porque explica muy bien todas sus recetas y en español, con un precioso acento marroquí:
- 300 g de harina
- 300 g de sémola fina
- 350 ml de agua
- una cucharadita de azúcar
- una cucharadita de sal
- una cucharadita de levadura química
- 150 ml de aceite (girasol o de oliva, yo usé girasol)
- 150 g de mantequilla
- 1/2 vaso de sémola más para el acabado
Yo he usado una bandeja blanca que tengo de porcelana tipo arcopal, pero en todos los vídeos marroquíes que veo, ellas usan unas preciosas bandejas de cerámica, que si vuelvo a Marruecos o las veo por la zona del rastro, seguro que me compraré una.
Son una auténtica preciosidad... y muy útiles.
Comenzamos:
Hay que mezclar los ingredientes secos con la mano y añadir poco a poco el agua.
Una vez integrado todo, se debe amasar por un mínimo de 10-15 minutos, hasta que la masa se vuelva lisa y elástica.
Se tapa la bola con papel film y se deja reposar mínimo una hora.
(aquí veis la ensaladera blanca que os decía, nada que ver con sus preciosidades)
Una vez pase esa hora, vamos formando bolitas con las manos (he aprendido en los vídeos la forma marroquí de hacerlo) y se van pasando a una bandeja engrasada.
Tapamos con film y dejamos 5-10 minutos para que repose.
Cogemos la primera bolita que habíamos formado y estiramos, estiramos y estiramos con las manos y con cuidado, sobre la encimera, usando ingentes cantidades de la mezcla de aceite y mantequilla derretida.
Debemos conseguir un círculo de masa hiperfino y transparente que incluso a veces se puede romper, pero que no pasa nada, luego como se pliega no se nota nada.
Hay que doblar los bordes del círculo hacia dentro, untando bien de aceite y con un poco de sémola seca, hasta llegar a la forma de un cuadrado (en los vídeos que hay en youtube queda muy bien explicado)
Los vamos colocando por orden, hasta acabar con todos (y bien untados de aceite y tapados con el plástico, para que no se resequen.
Se pone la sartén (plancha eléctrica en mi caso) a calentar a fuego medio-alto.
Estiramos con las manos de nuevo el primer cuadradito que formamos, especialmente en las esquinas, para que no queden gruesas y se echa en la plancha poniendo previamente unas gotas de aceite.
A los 30 segundos ha cambiado de aspecto y empieza a hincharse. Lo damos la vuelta y ya estaremos dando la vuelta con cuidado para que no se queme y quede doradito.
Acabamos con toda la tanda.
Manu me dice que me he pasado con la cantidad, pero visto lo visto y cómo los devoran mis hijas, no son tantos (los han desayunado y merendado estos días, y sumados a los comidos por nosotros... no sobran especialmente)
Este es el precioso, hojaldrado y rico resultado:
Lo mejor: mi exigente hija pequeña, que vino a la cocina diciendo: "mamá, ¡te han salido!"
Mejor que cualquier piropo del mejor chef.
Lo suyo es tomarlo con te a la menta, y rociados con miel o queso (incluso quesitos de porciones) pero ellas los toman solos con colacao... y es que ¡saben como nuestros churros!
Son tan trabajosos, que merece la pena hacer una buena cantidad y luego dejar pasar el tiempo hasta la próxima vez que apetezcan.
Esto me hace pensar en lo muchísimo que trabajan las mujeres marroquíes, todas las recetas que veo son súper laboriosas y ellas las hacen en cantidad, porque suelen ser bastantes en la familia. (por no hablar de la época del ramadán, en la que nos encontramos... el trabajo se multiplica, cocinan varios platos para la noche)
Son admirables, y unas grandísimas cocineras.
Lo próximo que voy a animarme a hacer es la sopa harira. Es una sopa de tomate y verduras que es súper famosa en todo Marruecos y está buenísima.
Ya estoy investigando, la probamos cuando fuimos a Marruecos y sencillamente, nos encantó.
Aunque mis hijas nunca confían en mis experimentos y creen que voy a "pisarles" los recuerdos con falsos sabores, lo cierto es que yo creo que va a salir bien... y además, luego les gusta, qué porras!!
Lo único es que para comer esa sopa es más agradable que haga fresquito... a ver esta semana que bajan las temperaturas... ¡igual me animo!
Eso si, el reto es encontrar una receta que pueda en la que pueda reducir la cantidad de los ingredientes... esta sopa la hacen durante el ramadán y la preparan para que dure varios días... así que el perolo puede ser de importancia...jajajaja
Espero que os haya gustado y que os animéis a hacer estas ricas recetas.
Saha w raha... que quiere decir algo así como ¡qué aproveche!















Por dios qué buena pinta...Te ofrezco ir a Lavapiés por los cacharros, creo que sé dónde encontrarlos...
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