Esta visita está dentro de las de los Museos del Metro de Madrid, que están todas relacionadas y son estupendas.
Ya he visitado el vestíbulo de Pacífico con Isabel, la nave de motores de Pacífico conmigo misma y los trenes antiguos de Chamartín con Manu.
En esta ocasión, Isabel y yo visitamos la estación fantasma de Chamberí.
En breve repito Nave de Motores con Manu y solo me faltará Los Caños del Peral... bieeeeen
Nos cuentan un poco la historia de los primeros momentos del Metro de Madrid.
Se llamaba al principio "Compañía Metropolitana de Alfonso XIII", ya que el monarca contribuye a la financiación del proyecto con bastante dinero (un millón de aquellas pesetas de primeros de siglo XX)
El metro se inaugura el 17 de octubre de 1919, hace bien poco ha sido el centenario.
La primera línea iba de Sol a Cuatro Caminos, así que estamos en ella.
Las estaciones eran: Puerta del Sol, Red de San Luis (hoy Gran Vía), Hospicio (hoy Tribunal), Glorieta de Bilbao, Chamberí (la que nos ocupa hoy), Martínez Campos (hoy Iglesia), Ríos Rosas y Cuatro Caminos.
Lo primero que vemos nada más llegar es el vestíbulo, que está exactamente igual que en su estado original (obra de la restauración, claro)
Aquí nuestro guía (un chico genial) nos cuenta que, para evitar la sensación de claustrofobia todo está forrado de azulejos blancos y que reflejan además el brillo, para dar mayor sensación de luz. Todos los techos son redondeados, para potenciar esa amplitud.
Incluso las escaleras de bajada son muy ligeras y cómodas, de peldaños breves y largos, para intentar dar la sensación de bajar poco.
Y es que, en estos días, los usuarios eran pocos y además recelosos de bajar a las profundidades.
Se construye en este punto un lucernario (cegado en la actualidad) que dejaba pasar la luz natural y contribuía a bajar un poco la angustiosa sensación de estar bajo tierra.
El artífice de toda esta obra es Antonio Palacios, uno de mis héroes.
Este arquitecto, junto con los ingenieros Miguel Otamendi, Antonio González y Carlos Mendoza, fueron los encargados de presentar este proyecto, inspirado en el tube de Londres.
el vestíbulo - imágenes propias
Las taquillas estaban atendidas por varias personas. Y es muy importante la figura de la taquillera, siempre atenta y dispuesta a ayudar a los viajeros.
Eran todo mujeres, como en la telefónica. Y es que metro quiso contratar solo féminas para este tipo de trabajos.
imagen de lacabezallena.com
Según una normativa, (ojo, vigente hasta 1984), y tras la guerra civil, solo podían desempeñar el cargo si eran mujeres solteras o viudas, si una mujer se casaba, no podía continuar en ese puesto de trabajo. (muy fuerte nenas)
Personal femenino de taquilla de Metro en 1919 – MemoriadeMadrid
Según un artículo visto en https://lacabezallena.com/
Desde su fundación en 1919, Metro de Madrid estableció una regla por la cual las taquilleras que contrajeran matrimonio debían pasar a excedencia forzosa. Metro consideraba que «los deberes que impone el atender a un hogar y sus hijos, son para la mujer incompatibles con los que el desempeño del cargo que el Metropolitano exige». debido a «la rigidez del servicio, que exige una constancia y una puntualidad perfectas».
Eso sí, tras la reclamación de una taquillera despedida por casarse en 1930, el Consejo adoptó una medida para compensarlas: cualquier taquillera que tuviera que dejar su trabajo por casarse recibiría una compensación de 250 pesetas si llevaba más de un año en la empresa, y de 500 si llevaba más de cinco años. Además, permitía que los puestos sin trato con el público, como oficinistas y telefonistas, sí estuvieran desempeñados por mujeres casadas. Eso sí, en todo caso las mujeres solo podían trabajar durante el día: a partir de las 22 horas, todos los turnos eran desempeñados por hombres.
Aquí siguen las taquillas, con su aspecto original e incluso los vestuarios, que se conservan.
La entrada variaba entre 15 y 35 céntimos de peseta, teniendo en cuenta la cantidad de estaciones que se iban a recorrer. El precio cambiaba según el trayecto.
entrada con las taquillas - imágenes propias
lucernario y carteles con avisos varios - imágenes propias
Como curiosidad curiosa, nos cuenta que la luz ambiente que tenemos, que es más bien escasa, es mucho más fuerte que la que había en las instalaciones al principio.
Se supone que había unas bombillas con una potencia de unos 15w, el equivalente a una luz de horno de cocina...
No es de extrañar pues, que la gente fuera tan reacia a bajar a las profundidades, encima, casi a oscuras.
bajando hacia el andén - imágenes propias
imagen propia
Las letras de los carteles eran bastante grandes, ya que gran parte de los usuarios eran analfabetos y supuestamente se había concebido este medio de transporte para que fuera utilizado por todo el mundo, sin distinción. Así que la gente se apuntaba en un papelito la estación a la que quería ir y fijándose un poco, podían llegar al destino, incluso sin preguntar...
imagen propia
imagen propia
La estación prestó su servicio desde 1919, hasta que los primeros convoyes de cuatro vagones se fueron quedando pequeños y se planteó ampliarlos hasta seis.
El problema es que la estación de Chamberí era algo más corta y no estaba preparada para acoger a trenes más largos.
Además, hay otra peculiaridad: la estación está en curva, y al tren le cuesta mucho más girar sin chocarse con uno que venga en el otro sentido, pudiendo incluso descarrilar.
Así, en el año 1966 se decidió cerrarla y se abandonó. Se tapiaron los accesos al exterior y se apagaron las luces. Los trenes dejaron de parar. Nacía así la estación fantasma de Chamberí. Fantasma porque se convirtió en refugio para personas sin hogar y al paso de los trenes, los viajeros solo podían intuir las siluetas en movimiento.
Al principio todo el mundo conocía la existencia de la estación desaparecida, pero con los años, fue cayendo en el olvido y así quedó la idea de una estación fantasma...
Buscando cosas, he encontrado que se puede ver una pequeña resurrección de la estación en esta secuencia de la película Barrio, de Fernando León de Aranoa.
Para los más frikis:
Finalmente, contar que en el año 2006 se planteó la rehabilitación de la vandalizada estación, llevada a cabo a partir del 2008 por el entonces alcalde Alberto Ruíz-Gallardón.
(al final, voy a tener que reconocer que este hombre hizo mucho por la recuperación de varios espacios interesantes de la ciudad de Madrid)
el marco brillante contribuye a dar brillo y luz al espacio - imágenes propias
En el andén, un personaje muy popular entonces, y hoy desaparecido. El jefe de estación.
Impresiona un poco verle ahí. Yo, personalmente, recuerdo ese espacio que estaba en todas las estaciones hasta hace no mucho.
imágenes propias
Continuamente, están pasando trenes. El guía tiene que estar parando la explicación cada vez que esto pasa, pues es imposible escuchar nada de lo que dice, a pesar de llevar el pinganillo ese.
A mí la verdad, me encanta este contraste entre la estación centenaria y el tren que pasa a toda velocidad.
Isabel y el tren moderno - imagen propia
en este cartel ya se veían otras estaciones - imagen propia
Lo más interesante sin duda de la estación son sus anuncios de azulejos. En las décadas de los 20 y 30 del siglo XX, aparecían así marcas y sus mensajes publicitarios.
imágenes propias
imágenes propias
Lo normal es que se anunciaran productos no estacionales, cuyos anuncios pudieran estar siempre ahí, sin cambios. Café, cementos, purgantes, lámparas o jabones es lo que vemos.
Pero, en el andén que tenemos enfrente hay una excepción, más que curiosa. Se trata de un anuncio de almacenes de ropa situados en la Gran Vía.
Tal y como nos cuenta el guía, el espacio blanco que hay debajo, cambiaba según las necesidades del anunciante.
Un muchacho con un bote de pintura blanca y otra negra bajaba al andén, repintaba el blanco y una vez seco, ponía la nueva oferta con un pincel, en negro. (un vestido de temporada, una oferta de pantalones... lo que fuera)
¿No os lo imagináis? El twitter de la época...
imagen propia
imagen propia
Maite y la velocidad - imagen propia
ya nos vamos... qué penita... - imagen propia
imagen propia
A la salida, vemos que solamente se podía salir, pisando una plancha, que solo permite abrir desde dentro, impidiendo que se colasen en el metro.
Claro que pronto se desarrolló el ingenio y con bastones y paraguas se podía hacer trampa y entrar desde fuera, de forma ilícita... (Isabel no, claro...ajajjajaja)
imagen propia
avisos varios que molan - imagen propia
Estos son los escalones "fáciles" de entrada a la estación.
La verdad es que impresiona.
imagen propia
Cuando salimos de la visita, y tras un café reparador, nos vamos hacia Bilbao y nos encontramos en la plaza del monumento a los chisperos. Recordamos que hay una iglesia en la cercana calle de Manuel Silvela, de la que nos había hablado ya Marisa, y después Jorge.
Se trata de la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. (tiene una imagen de la virgen bendecida especialmente)
Es bonita por fuera, pero parece ser que por dentro es una verdadera joya. Así que ... allá vamos.
Muchas de las obras son de los talleres Granda, que tantas veces han salido en nuestras visitas, y que restauraron tras la guerra gran parte de las iglesias de la capital.
imágenes propias
imágenes propias
Después damos un paseíto hasta Noviciado, para ver una exposición sobre grabados y plantas del XVIII en una sede de la Universidad Complutense.
Pero está cerrado y no tenemos más remedio que ir al otro plan que teníamos en mente: El Museo de Historia de Madrid y una de sus exposiciones temporales (Madrid hace un siglo o la de Arturo Soria... aún no lo hemos decidido)
Damos un par de vueltas por el barrio, desde la Glorieta de Bilbao nos metemos por la calle Manuela Malasaña, donde Isa me lleva a ver una tienda la mar de chula. Ideal para los nostálgicos y ochenteros: Popland, en el nº 24 de la calle.
Estupenda para hacer algún que otro regalo original. Muuy recomendable, en serio.
imagen de salir.com
En la calle Espíritu Santo 13, una librería original nos llama la atención. Libros para un mundo mejor.
Posters, imanes, maripoesías, bolsas, postales, libros de todo tipo. Es un sitio especial, me encantó.
imagen de esmadrid
imagen propia
Recordamos viejos tiempos pasando por las plazas del Rastrillo y la de San Ildefonso.
Lugares por donde salíamos todos los fines de semana de nuestros "tiempos mozos" y de cómo nos lo pasábamos.
Juventud, divino tesoro... te vas para no volver...
cuando quiero llorar no lloro... y a veces lloro sin querer...
imágenes propias
imagen de Wikipedia
imagen de Malasaña.com
Es un libro que tiene una pinta buenísima, pero un precio horrible.
¿Quién sabe? En breve es mi cumpleaños y me lo puedo auto regalar...jijii
imágenes de la exposición
En un lateral, un gran mural hecho con cientos de fotografías, de autores anónimos, de Madrid y la Filomena.
Algunas tan curiosas como esta, que nos lleva a buscar su ubicación y una visita en el futuro.
Se trata de la parroquia de San Pedro ad Vincula, en el distrito de Villa de Vallecas.
Ahí queda para el futuro.
(ostras, acabo de leer que es obra de Juan de Herrera y la torre de Ventura Rodríguez... poca broma)
imagen de la exposición
Terminamos la tarde-noche en el bar de tapas Sifón (ya está bien, desde las 16:00 que estamos juntas viendo cosas)
Es uno de nuestros bares favoritos, en la plaza del Rey, junto a la casa de las siete chimeneas.
Por lo visto la tortilla de patatas es famosa y comprobamos in situ el por qué.
Está buenísima.
Y esta vez de vinos... ale, a ver si consigo dar con uno que no me siente mal. Ya he visto que con el tinto no puedo... así que me tiro al blanco.
En esta ocasión, un albariño, pero el que pide Isa, de Godello, no está nada mal.
Para la próxima...
Ha sido una tarde intensa y genial. ¡¡Bravo!!
imagen propia





















































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