lunes, 9 de marzo de 2015

SANTANDER CON EL CORO DE LA CASA DE CANTABRIA mayo 1990



Vale, no fue el único viaje que hicimos con la caca de caca, como decía aquel, pero conservo las fotos así que este es el que puedo atestiguar (del otro hay diapositivas, o sea que en cuanto las desempolve, podré hablar de él, de Reinosa y del cocido liebaniégo)

En esta ocasión estuvimos en "Santander... eres dueña del mar... Santander, Santander.."
Allí estuvimos en el Palacio de la Música (creo) un sitio hiper-moderno con una acústica acojonante. No actuamos allí, pero si recuerdo que cantamos un par de canciones y sonaban de miedo.
Dormíamos en una especie de residencia de estudiantes, y como no, Ángeles y yo compartíamos la habitación. Una de las noches, se coló una polilla enorme en la habitación y ella se puso tan histérica que tuvimos que encender la luz, cazarla y echarla por la ventana (bueno, lo tuve que hacer yo, claro, jaja)
Bueno, ella y yo éramos un par de jovencitas bastante atípicas, cuando la mayor parte de los vejestorios aquellos estaban aún de juerga y cantando por ahí, nosotras nos íbamos a dormir, para madrugar al día siguiente y poder pasar un rato en la playa a primera hora, cuando no hay nadie y se está mejor.

Continuando con el viaje, diré que nos hicimos unas fotos en la Catedral con todo el coro al completo y viajamos hasta Santillana del Mar, donde hicimos una actuación bien bonita en su precioso claustro.




¡Ah, qué tiempos aquellos, qué bien sonaba ese coro, parecía mentira que pudiéramos sonar así, teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros no tenía ni idea de solfeo y cantábamos "de oido"... eso si, menudo oído teníamos, y además estaba Zuazua, que era nuestro director, y que no permitía que nos saliésemos ni un milímetro del guión establecido...



También estuvimos en el Parque de Cabárceno, el cual pudimos visitar brevemente, y eso que aún no estaba inaugurado, pero estar en el coro "oficial cantabrón", tenía sus ventajas.

En fin, que eran otros tiempos y que me encantaba verme como "las niñas" del coro, un lugar donde no siempre me sentí como en mi casa, pero en el que fui, sin embargo muy feliz y guardo un grato recuerdo

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