
Este día a fuego, a fuego lo tengo grabado, pues me paso una cosa muy especial, algo que nunca más me ha vuelto a pasar y nunca me pasará, claro:
¡¡Me encontré una moneda de plata del siglo XV!!
Iba yo mirando al suelo, más que nada para no pegarme un guarrazo... y en última posición, que es la que acostumbro a llevar en las excursiones con algo de pendiente, la de "excursionista-escoba", cuando de pronto veo algo ligeramente brillante en el suelo... no podía ser nada especial, puesto que todo el grupo ya había pasado por encima y no había reparado en ello, pero tuve un pálpito a lo Simón-Ruiz y me agaché "por si acaso"
Mi asombro no tuvo límites... ¡¡una moneda auténtica de la época de los Reyes Católicos!!

(Este era el aspecto más o menos de mi moneda: un real de plata)
Me consideré una afortunada, a mi nunca me había tocado nada en las rifas, ni la lotería, nada de nada (bueno, en 8º de E.G.B. me tocó un single de "Los Pecos", posiblemente la única chica de la clase que pasaba de ellos, jua,jua...)
En fin, que desde ese momento la monedita se transformó en mi mayor tesoro: la guardé, la limpié con bicarbonato (más bien me la cargué, de lo relimpia que quedó)
Y lamento decir que al cabo de los años... la perdí.
Si, la perdí por chulita, por querer enseñar al mundo mi tesoro (uy, parezco Gollum) y la engarcé en plata y me la colgué al cuello un buen día... y ese mismo día, la extravié...
Pequé de ostentosa y tuve mi castigo.
Lloré, la busqué por todos los sitios que se me ocurrió, en casa, en el coche, en la oficina, en el trayecto...
Me obsesioné, sólo pensaba en la dichosa moneda, incluso llegué a creer, me acuerdo, que me la había quitado un compañero gilipollas de Omvesa, o que Irene jugando la había escondido ... que loca estuve esa temporada, madre mía.
Al cabo del tiempo, comprendí, que más se perdió en Cuba, como dice el dicho, y que no podía echarme abajo por algo material.
Decir que me ayudó mucho tener que dar una lección de la vida a Paula, que por entonces ya comprendía todo lo que estaba pasando, y que finalmente tuve que tragarme las lágrimas de rabia y seguir p'alante.
Cuando salió una colección de monedas antiguas (de imitación, of course) me la compré por duplicado... una para dejarla con las otras monedas de la colección y la otra para ponerla en el supuesto sitio de honor que tenía la de verdad, en mi otra colección de monedas.
En fin, y eso es todo... y no sigo que me estoy encorajinando de nuevo...uff
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