Tengo ganas de irme al Norte...
Investigando, consigo una reserva de una casa rural para nosotros solitos en "Los carriles"cerca de Nueva de Llanes
Nos sale una semana por 600 €, un poco cara, pero es que nuestras necesidades son específicas, y buscamos una casa con tres habitaciones, así que estamos pagando un poco por encima, sin tener por qué.
La casa es maravillosa, aunque en dos plantas, con el consiguiente "acoso y derribo" continuo a Irene, para que no suba y baje las escaleras por su cuenta...jeje
Dispone de unas maravillosas vistas, tres amplias habitaciones, y una cocina enorme y moderna.
También tiene un pequeño patio, que ellos llaman "el huertín" y que da el solecito muchas horas al día.
Enfrente de la casa, hay una casona vieja con un pilón repleto de renacuajos, que nos proporcionan muchas horas de entretenimiento.
Empezamos nuestro viaje con Irene y yo un poco pochas, sendos resfriados, con fiebre y malestar incluidos, pero a los pocos días, el ambiente saludable nos hace mejorar rápidamente.
Hacemos una breve visita a Nueva de Llanes, y vemos sus antiguas y bonitas casas de Indianos.
Podemos disfrutar de dos tardes (solo dos) en la playa (Playa de las Cuevas del Mar y Playa de San Antolín) que nada tienen que ver con las del Mediterráneo, el agua está muuuuy fría, pero por contra el paisaje es maravilloso y no hay gente en exceso, con lo cual se disfruta de otra manera.
También hacemos una visita -terrible- a Ribadesella, con Paula jodona y muerta de sueño, que hace aflorar lo peor de Manu
A los pocos días, visitamos también Llanes, y la excursión resulta un poco mejor, pues nos lo tomamos con más calma, y además, dejamos un poco el turismo, y lo cambiamos por un rato en los columpios y otro en una tranquila terracita. Ains, qué pena...
Lo mejor sin duda de este viaje es estar en el pueblito, que resulta ser tan pequeño que no tiene ni tiendas, y el entretenimiento común es la visita de un camión que trae de todo a la aldea, desde pescado a detergente, encurtidos y helados (nos comimos un cucurucho que estaba de muerte)
También teníamos unas horas al día muy buenas viendo todos los animalicos de la zona.
Los conejos y corderos de José, el dueño de la casa rural, las gallinas de la Sra. Loli, y las vacas, vacas, y más vaaaaacas que estaban por todas partes.
Era un sitio de lo más agradable, verde y fresco... tan fresco, tan fresco que una tarde (de agosto) le pedimos a José que nos ayudara con la chimenea... brrrr
Agosto y con la chimenea y el forro polar, yo no daba crédito.
Nos sentimos estupendamente todo el tiempo, e incluso integrados en el pueblo por esa única semana.
Visitamos incluso a la familia del dueño de la casa y pasamos algún rato de tardes nubladas en su casa y recuerdo haber pedido un poco de perejil a una vecina, como la cosa más normal del mundo.
Compramos un trozo de cerdo para asar y tenía hasta los ajos, le pedí perejíl a una señora y lo corté directamente de su jardín...
Qué agradable sería la vida en un sitio como éste.
Ale, a despertar, que nosotros vivimos en la gran urbe, con las cosas buenas... y las malas

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