Esta excursión estaba programada para un sábado, of course, pero claro, tenía que llegar la zorrípeda de mi compañera a jorobarlo con su esguince...
(Esta frase tiene que mirarse con lupa, y en el contexto de una persona muy peculiar y años y años de hacerme la vida imposible)
Bueno, a lo que vamos.
Nos acercamos en nuestros coches al Safari park, que se encuentra en Aldea del Fresno.
Avistamos desde dentro a los ciervos, avestruces, monos cabreados...
Luego un bonito espectáculo de aves rapaces y tío buenorro (estaba buenísimo, de verdad)
Una vueltecita viendo diversos animales enjaulados (da un poco de pena, la verdad)
Y una visita a un pabellón repleto de animales exóticos y sus diferentes pestes (de verdad que había una especie de lagarto que apestaba)
Los niños se lo pasan bomba haciendo una especie de baile en un escenario que en esos momentos estaba vacío, y mientras nuestro pequeño terremoto (quiero decir, nuestra Irene) echaba una mini-siesta reparadora.
La visita termina con una incursión al recinto de las cabritas, que son muy simpáticas, pero se suben por todas partes, y mordisquean todo lo que pillan, desde los cordones de los zapatos a los bolsillos y ropas.
Irene de mi manita es muy valiente, pero Paula se acobarda y no logra conectar con las cabras.
Su vena "Heidi" es muy débil...jaja
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